viernes, 20 de septiembre de 2013

SISTEMA ENERGETICO DEL SER HUMANO , CUERPOS NO MATERIALES, NATURALEZA DE LOS CHACRAS Y SUS BLOQUEOS.


CUERPO FISICO - ETERICO
El cuerpo físico es el cuerpo de la expresión. Se conoce también como el vehículo del YO o del SER, porque el objetivo de la Evolución consiste en que el Espíritu (o Esencia) se manifieste en la Forma (físico o materia).
El Cuerpo Físico está formado por el Cuerpo Físico denso y Cuerpo Etérico. Puesto que ambos funcionan en el plano físico están compuestos de materia física y son abandonados por el hombre al tiempo de su muerte.
La materia o sustancia física se subdivide en: sólida, líquida, gaseosa y etérea. Esta última se compone de cuatro estados distintos entre sí, como lo es el líquido respecto al sólido y al gaseoso.
La visión que se tiene actualmente del Cuerpo Físico denso está limitada. El hombre se mueve por hábitos, costumbres y modas, pero no por lo que realmente necesita su Cuerpo Físico.
Cuanto más sensible se es al cuerpo más crece el respeto y la comprensión de que es un vehículo, tu vehículo, en el que existen otras vidas menores que dependen de lo que tú les des para vivir. Entonces surge una nueva necesidad, la de dar al cuerpo lo que realmente necesita, no lo que más le gusta o lo que más le apetece, sino lo que es mejor para su desarrollo y evolución.
No podemos hablar del Cuerpo Físico y no mencionar la enfermedad. Existen dos razones por las que una persona puede tener una enfermedad. La primera es Kármica, es decir, la persona, como parte de su proceso de evolución, decide nacer enferma o contraer en un momento determinado una enfermedad. Estas enfermedades están escritas en el ADN de la persona porque forman parte del proyecto para su vida. La segunda es cuando aparece la enfermedad como consecuencia de no escuchar al propio cuerpo, de darle lo más negativo, la forma de vida que va en contra de sus propios principios, etc.
Afortunadamente, el Cuerpo Físico está creado con una capacidad tan impresionante de salvar las dificultades que realmente demuestra que es una auténtica y perfecta máquina creada por una inteligencia superior. La enfermedad y el dolor son alarmas para advertir al hombre de algo que no funciona. Pero, ¿Qué le ocurriría al hombre si aprendiese a escuchar a su cuerpo? 
~~~Toda partícula sólida, líquida o gaseosa del Cuerpo Físico se encuentra rodeada de una envoltura etérica, por ello, el Cuerpo Etérico o doble etérico, como también se le denomina, es un perfecto duplicado del Cuerpo Físico denso.
El Cuerpo Etérico no es un cuerpo separado del físico y no posee conciencia separada de él, sino que actúa como canalizador de la energía. Podemos decir que el Cuerpo Etérico es el que recibe y emana la energía, y que a través de él se puede observar la salud de una persona.
La materia etérica, aunque invisible al ojo humano, es materia, y por tanto puede llevar información al cerebro. Un ejemplo común de la existencia del Cuerpo Etérico es lo que les sucede a algunas personas cuando, después de haberles sidoamputado un miembro, siguen sintiendo dolor en él. Ello es debido a que la parte del Cuerpo Etérico que recubría el físico denso aún no se ha desprendido. Por ello, y durante algún tiempo, el Cuerpo Etérico seguirá teniendo sensaciones que transmitirá al cerebro.
El Cuerpo Etérico es un cuerpo energético y dentro de él es donde se encuentran los Chakras.
La palabra Chakras proviene del sánscrito y quiere decir literalmente rueda o disco giratorio, por tanto, los Chakras son unas ruedas o puntos de energía cuya razón de existir es canalizar y mover las fuerzas a través de ellos.
Las fuerzas que fluyen entre los Chakras son indispensables para la vida física, por ello, todos los individuos poseemos Chakras, lo único que varía es la cantidad y el grado de energía que hay en cada uno de ellos. El tamaño de un Chakra varía de 5 cms. hasta 15 centímetros de diámetro.
Cuando el grado de desarrollo de un individuo es bajo, los Chakras se mueven lentamente, mientras que si pertenecen a un individuo más evolucionado, el movimiento, la velocidad y el brillo son más intensos.
Las funciones de los Chakras son dos: Una, distribuir y absorber Prana o Vitalidad para mantener activo el Cuerpo Físico. Otra, llevar al plano físico cualidades o energías procedentes de planos superiores del hombre.
Los Chakras son:
-Centro Básico, Sacro o Fundamental: El lugar donde se encuentra es en la base de la columna vertebral. Es el centro de gravedad del organismo. Es el asiento de la Energía Kundalini o energía creadora. El ascenso de esta energía por el centro de la columna vertebral va despertando cada uno de los centros de energía del cuerpo, iluminándolos y convirtiéndolos en auténticos soles.
-Centro Esplénico o del Bazo: Es llamado por los Yoguis "morada propia". Se encuentra en la zona del bazo. Ejerce influencia equilibradora en el sistema nervioso y en la temperatura del organismo.
-Centro Solar o Umbilical: También llamado Gema luminosa. Se encuentra en la región lumbar. Abre facultades como el talento, y produce visión en la mente y el funcionamiento lógico en la vida.
-Centro Cardíaco o del Corazón: Llamado lugar del sonido sin pulsación. Se encuentra en el centro del pecho. La actividad de este centro se consigue por medio del control de pensamiento, la estabilidad, la perseverancia, la paciencia, la confianza y el equilibrio mental.
-Centro Laríngeo: Se localiza en la región de la garganta. La actividad de este centro proporciona: rechazo a lo ilógico, resolución, veracidad al hablar, obrar correctamente, armonía en el vivir, esfuerzo para la superación, y poder estudiar la naturaleza interna oyendo siempre la Voz del Silencio.
-Centro del Entrecejo o Tercer Ojo: Se sitúa en el entrecejo. En él se encuentra el Ojo interno de la Visión Espiritual. Su energía despierta la inteligencia y el discernimiento. Su despertar otorga la evolución espiritual y el dominio del espíritu sobre la materia.
-Centro Coronario: También llamado Loto de mil pétalos. Se encuentra en el vórtice de la cabeza. En él se manifiesta ampliamente la Divinidad del Hombre-Dios.
EL CUERPO FISICO-DENSO
A las puertas del año 2.000 la conciencia sobre el Cuerpo Físico, está cambiando. El hombre del futuro poseerá una conciencia muy distinta sobre su Cuerpo Físico y verá a éste como su vehículo a la vez que será conocedor de sus auténticas necesidades.
La visión correcta sobre el Cuerpo Físico es, por poner un ejemplo sumamente parecido, como un coche. El Cuerpo Físico es el coche y nos sirve para desplazarnos. El Cuerpo Etérico sería como la batería, la que proporciona toda la carga eléctrica imprescindible para el funcionamiento de las partes del coche y, por último, el Yo de cada uno o el Pensador, sería el conductor, el que decide dónde y cuándo.
Son varias las cosas que afectan directamente al Cuerpo Físico, y que marcan la vida de las personas:
-Los hábitos: De todo tipo, la alimentación, el descanso, el deporte, la higiene, etc. Lo más importante es aprender a escuchar las auténticas necesidades del cuerpo y dejar de funcionar por el gusto, costumbres o apetencias que, la mayor parte de las veces, no proporcionan al cuerpo lo que realmente necesita.
-Inercia y comodidad: Son grandes enemigos del Cuerpo Físico, de su desarrollo y perfeccionamiento. Hacer siempre lo mismo, de la misma forma, lleva implícito una carencia de mente, de pensar y, por tanto, de plantearse lo que es correcto o no.
La comodidad va en contra del movimiento y por tanto va en contra de la propia ley que marca la vida del Cuerpo Físico, porque toda la vida que existe dentro de nuestro Cuerpo Físico está en constante movimiento y variación.
-Serenidad: vivir corriendo de un lado para otro, con prisas, siempre sin tiempo, es una de las mayores trampas que tiene prisionero al hombre y que le lleva a formas de conducta muy perjudiales para su salud y bienestar.
La serenidad permite reflexionar sobre los actos, captar la auténtica necesidad de las cosas y discernir que es, en un momento determinado, lo correcto.
-Concentración, observación: Son dos palabras que marcan una forma inteligente de vivir.
Concentración, porque uno de los mayores peligros que existen es vivir sin ser conscientes de lo que se hace. Observación, porque constantemente están pasando ante nuestros ojos cosas nuevas de las cuales podemos aprender mucho.
El Cuerpo Físico es muy importante en la vida puesto que es el vehículo a través del cual nos relacionamos con el exterior. Por eso es importante valorar el cuerpo y utilizarlo correctamente, tener capacidad para liberarse de la imagen creada y cambiar los hábitos que condicionan el correcto uso y disfrute de las capacidades que nuestro propio cuerpo posee.
Sólo si aprendemos a respetarnos y cuidarnos a nosotros mismos seremos capaces de dar lo mejor para los demás.
Mas arriba en el orden y en el espacio están los cuerpo espirituales, que es otro tema.
En general, se distinguen cuatro cuerpos energéticos:
1 ) El cuerpo etérico.
2) El cuerpo emocional o astral.
3) El cuerpo mental.
4) El cuerpo espiritual o causal.
EL CUERPO ETERICO
Nosotros (los humanos) tenemos dos aspectos el visible y el invisible, así como hay átomos visibles hay átomo invisibles, los átomo están formados por un protón y un , o dos , o tres, electrones, eso es en química. El alma es un cuerpo físico invisible, por lo tanto tiene átomos.
Los electrones giran alrededor del núcleo y el espacio donde gira, se oscurece cuando uno (nosotros, los humanos) obramos, pensamos, actuamos, tenemos sentimientos oscuros, groseros, bajos, todo eso oscurece, una luz divina que es blanquísima, porque esa Luz es Dios.
El cuerpo etérico es un cuerpo físico pero invisible, está formado justamente de esa sustancia (etérica) ese es el cuerpo de la memoria, donde se acumula todos los recuerdos, así como el cuerpo emocional, es el cuerpo de las emociones y el cuerpo mental es el continente de la sustancia mente, todo ellos están interpenetrados en el cuerpo físico visible, los otros son también físicos, pero invisibles.
~~~El cuerpo etérico posee aproximadamente la misma extensión y forma que el cuerpo físico. Por ello también se encuentra la denominación de «doble etérico» o «cuerpo físico interior». Es el portador de las fuerzas modeladoras para el cuerpo físico, así como de la energía vital creadora y de todas las sensaciones físicas.
El cuerpo etérico se forma de nuevo en cada reencarnación del hombre, y vuelve a disolverse en el plazo de tres a cinco días después de su muerte física (el cuerpo astral, el cuerpo mental y el cuerpo causal continúan existiendo después de la muerte, y en cada nueva encarnación se unen otra vez al recién formado).
El cuerpo etérico atrae energías vitales del sol a través del chakra del plexo solar, y energías vitales de la tierra a través del chakra basal. Acumula estas energías y, a través de los chakras y los nadis, las conduce al cuerpo físico en flujos vitales ininterrumpidos. Las dos formas de energía se encargan de mantener un equilibrio vivo en las células corporales. Cuando el «hambre de energía» del organismo está saciado, la energía sobrante del cuerpo etérico se irradia hacia fuera a través de los chakras y de los poros. Sale a través de los poros en filamentos de energía rectos de aproximadamente 5 centímetros de longitud y constituye el aura etérica, que, por lo general, es la primera fracción del aura total percibida por las personas clarividentes. Estos rayos se disponen en torno al cuerpo físico formando como un manto protector. Impiden a los gérmenes patógenos y a los contaminantes penetrar en el cuerpo, y simultáneamente irradian un flujo constante de energía vital hacia el entorno.
Esta protección natural significa que, básicamente, una persona no puede enfermar debido a causas de origen externo. Las razones de una enfermedad radican siempre en ella misma. Los pensamientos y emociones negativos, y una forma de vida que no esté en consonancia con las necesidades naturales de cuerpo (sobreesfuerzo, alimentación insana, abuso de alcohol, nicotina y drogas), pueden consumir la energía vital etérica, por lo que la irradiación energética natural perderá intensidad y vigor. De esta forma surgen zonas débiles en el aura. Los filamentos energéticos mencionados aparecen doblados o se sobrecruzan en formas desordenadas. El clarividente puede reconocer «agujeros» o «grietas» en el aura, a través de los cuales pueden penetrar en el cuerpo las vibraciones negativas y las bacterias causantes de enfermedades. Además, la energía vital puede «escapar» de la zona no material a través de estas heridas.
EL CUERPO EMOCIONAL
El cuerpo emocional, con frecuencia denominado también cuerpo astral, es el portador de nuestros sentimientos, de nuestras emociones y de las cualidades de nuestro carácter; ocupa aproximadamente el mismo espacio que el cuerpo físico. En una persona poco desarrollada, sus contornos están poco delimitados: el cuerpo emocional se presenta como una sustancia nebulosa que se mueve caótica y desordenadamente en todas las direcciones. Cuanto más desarrollada esté una persona en la definición de sus sentimientos, sus simpatías y las cualidades de su carácter, tanto más claro y transparente se manifestará su cuerpo emocional. El clarividente puede observar un contorno nítidamente marcado que se adapta perfectamente a la forma del cuerpo físico.
El aura del cuerpo emocional presenta una forma ovalada y puede extenderse a varios metros de distancia en torno a la persona. Toda emoción se irradiará en su aura correspondiente a través del cuerpo emocional. Este proceso se produce fundamentalmente a través de los chakras, y en menor medida a través de los poros. El aura emocional está inevitablemente en movimiento. Junto a las peculiaridades del carácter fundamentales y relativamente constantes que se reflejan como los colores esenciales permanentes del aura, cada sentimiento instantáneo, cada estimulo del ámbito de las emociones, se reflejará en el aura. Es un juego indescriptible de colores irisados que cambian constantemente con toda clase de matices. Por ejemplo, emociones como la angustia, la furia, la opresión y las preocupaciones generan en el aura figuras nebulosas oscuras. Cuanto más abre una persona su conciencia al amor, la entrega y la alegría, más claros y transparentes son los colores que irradia su aura emocional.
Ninguno de los otros cuerpos no materiales marca con tanta fuerza como el cuerpo emocional la visión del mundo y de la realidad del hombre medio. En el cuerpo emocional se hallan almacenadas, entre otras, todas nuestras emociones no liberadas, las angustias y agresiones conscientes e inconscientes, las sensaciones de soledad, rechazo y falta de autoconfianza, etc.: emiten sus vibraciones a través del aura emocional y transmiten el mensaje inconsciente que enviamos al mundo exterior. Y aquí es donde se realiza el principio de la atracción mutua. Las frecuencias energéticas que emitimos atraen vibraciones energéticas iguales del entorno y se unen con ellas. Esto significa que, con frecuencia, nos encontraremos con personas y circunstancias que precisamente reflejan aquello que nosotros queremos evitar o de lo que queremos librarnos conscientemente, o aquello que tememos. De esta forma, el entorno nos sirve como espejo para todos aquellos elementos que hemos relegado desde nuestra vida consciente a las áreas del inconsciente. Efectivamente, los sentimientos no liberados del cuerpo emocional aspiran a mantenerse con vida y a crecer dentro de lo posible. Así nos llevan una y otra vez a situaciones que se encargan de repetir las vibraciones emocionales originales, puesto que esas vibraciones son como su alimento.
CUERPO ESPIRITUAL
El cuerpo espiritual, a menudo denominado también cuerpo causal, es el que mayor frecuencia de vibración posee de todos los cuerpos energéticos. En personas que aún son demasiado inconscientes en el plano espiritual se extiende conjuntamente con su aura sólo un metro aproximadamente alrededor del cuerpo físico. Por contra, el cuerpo y el aura espirituales de personas totalmente despiertas pueden irradiar hasta varios kilómetros de distancia, con lo cual la forma ovalada original se transforma en un circulo regular.
Si has tenido alguna vez la oportunidad de estar en presencia de un maestro iluminado, tal vez habrás observado que la atmósfera cambiaba repentinamente cuando te alejabas algunos kilómetros de él. La experiencia de la luz, de la plenitud y del amor que puede llenarte en la cercanía de un maestro pierde su intensidad tan pronto como sales del área de su aura.
El cuerpo espiritual y su aura irradian en los colores más suaves, que al mismo tiempo poseen una fuerza de iluminación indescriptiblemente profunda. Del plano espiritual del ser fluye incansablemente la máxima y más radiante energía hacia el cuerpo espiritual. A medida que esta energía va transformándose en frecuencias menores, inunda también el cuerpo mental, el cuerpo emocional y el cuerpo etérico. Aumenta las vibraciones de estos cuerpos, de forma que en su ámbito de acción correspondiente pueden encontrar su máxima forma de expresión. Hasta qué punto podamos percibir conscientemente, absorber y aprovechar esta energía depende del desarrollo de los chakras.
A través del cuerpo espiritual experimentamos la unidad interior con toda la vida. Nos une con el ser puro y divino, con la razón original omnipresente de la que han surgido y continúan surgiendo todas las manifestaciones en la creación. Desde este plano tenemos un acceso interior a todo cuanto existe en la creación.
El cuerpo espiritual es esa parte divina que hay en nosotros que es inmortal y que perdura a toda la evolución, mientras los demás cuerpos no materiales se disuelven paulatinamente a medida que el hombre va desarrollándose a través de los niveles de conciencia que exige una existencia en el plano terrenal, en el plano astral y en el plano mental.
Sólo a través del cuerpo espiritual es posible conocer la fuente y el destino de nuestra existencia y comprender el auténtico sentido de nuestra vida. Cuando nos abrimos a sus vibraciones nuestra vida cobra una calidad completamente nueva. En todas nuestras acciones somos llevados por nuestro yo superior, y nuestra vida manifiesta la sabiduría, la fuerza, la bendición y el amor universal, que representan las cualidades naturales del aspecto supremo de nuestro yo. 

NATURALEZA DE LOS CHACRAS Y SUS BLOQUEOS.
La Naturaleza del Cuerpo Etérico
La substancia que es la verdadera forma que conforma todos los cuerpos físicos en cada reino de la naturaleza. La Ciencia ha precedido al esoterismo en el reconocimiento de la energía como factor dominante en la expresión de la forma.
El cuerpo etérico está compuesto principalmente de energía o energías predominantes, a las cuales el hombre, el grupo, la nación o el mundo, reaccionan durante un ciclo determinado o periodo mundial.
Proposiciones:
1. No existe nada que no posea una forma sutil e intangible, aunque sustancial de energía que controle, rija y condicione al cuerpo físico externo: el cuerpo etérico
2. Esta forma de energía está condicionada por la energía solar o planetaria predominante, que de forma incesante la crea, cambia y cualifica. Está sujeto a incesantes cambios.
3. Está compuesto de líneas de fuerza entrelazadas y circulantes, emanando de uno o varios de los siete planos o zonas de conciencia de la vida planetaria.
4. Dichas líneas y sistema entretejido de corrientes de fuerza se relacionan con siete centros focales que se encuentran dentro del cuerpo etérico, cada uno relacionado con cierto tipo de energía entrante, a cuyo impacto es sensible y ante el cual se vuelve vibrante y receptivo, desarrollándose como un factor que controla la vida del hombre en el plano físico.
5. El cuerpo físico se mantiene unido por las energías del cuerpo etérico, y es la expresión de ellas, de dos tipos: a) las energías que forman el vehículo etérico considerado como una totalidad y en relación con todas las formas físicas; forma cualificada por la vida general y la vitalidad del plano en el cual actúa al morador del cuerpo y en el que enfoca su conciencia. b) energías especializadas que el individuo elige para regir sus actividades cotidianas. 6. El c.e. tiene muchos centros de fuerza que responden a las múltiples energías de la vida planetaria. El c.e. debe considerarse como ínterpenetrando el cuerpo físico y extendiéndose más allá del mismo, rodeándolo como un aura. Se halla principalmente asociado al sistema nervioso al que nutre, energetiza y controla; la contraparte etérica del sistema nervioso existe en forma de millones de pequeñas corrientes de energía o nadis.
Los nadis son los conductores de la cualidad de la energía , siendo la energía misma, y llevan la cualidad de la energía proveniente de alguna zona de conciencia en la que el morador del cuerpo esté enfocado, siendo esta la única forma en que las energías pueden controlar el cuerpo físico desde cualquier plano, no importa lo elevado que sea.
Según sea el enfoque de la conciencia, el estado psíquico de percepción, la potencia de la aspiración o del deseo y el grado de evolución o estado espiritual, así será el tipo de energía transportado por los nadis, los cuales pasan al sistema nervioso externo.
La cualidad y tipo de energía que controla cualquier aspecto del sistema nervioso estás condicionados por el centro situado en su zona inmediata. En último análisis un centro es un agente distribuidor.
Los centros existen únicamente en materia etérica en el aura, fuera del cuerpo, relacionados estrechamente con el cuerpo físico por medio de la red de nadis.
Los centros han ido apareciendo como respuesta a energías de uno o varios de los siete rayos. El impacto de estos rayos sobre el cuerpo etérico sensibilizan a siete zonas de forma más aguda que al resto, convirtiéndose en centros de respuesta y distribución. El efecto de los centros sobre el cuerpo físico produce una condensación que da lugar a las glándulas endocrinas.

Etapas históricas del desarrollo del cuerpo etérico:
1. la energía etérica, fluyendo por los centros y creando las glándulas tuvo un efecto gradual y bien definido sobre la corriente sanguínea, y actuó exclusivamente de este modo durante mucho tiempo
2. los centros comenzaron a aumentar su actividad ya emplear los nadis, actuando sobre el sistema nervioso y a través de él, llevando a una actividad consciente y planeada en el plano físico.
El fundamento de la no separatividad
El cuerpo etérico es el medio empleado para transferir muchos tipos de energía.
1. Está compuesto de cuatro tipos de substancia especializada, en uno u otro de los niveles etéricos.
2. Estas sustancias, actuando en un cuerpo etérico, crean una red de canales tubulares que toman la forma general de la materia densa con la que se asocian.
3. Estos tubos, de acuerdo al tipo de energía que conducen pasan a ciertas zonas del cuerpo a través de
a) los siete centros mayores
b) los 21 centros menores
c)los 49 puntos locales
4. Todos los centros y puntos se conectan entre sí por medio de canales más gruesos, debido a que muchos canales menores se mezclan y fusionan al acercarse a un punto focal
5. El conjunto de canales crea la correspondiente capa de nervios, similar a una malla o red intermediaria que relaciona el cuerpo etérico con el doble sistema nervioso (central y simpático), sistema subyacente en los nervios y mecanismo de respuesta e información entre mente y cerebro, o entre ambas y el alma. Este sistema de nadis es utilizado con plena conciencia por la Tríada. Existe una relación especial y por ahora inexplicable entre el sistema de nadis y el antakarana cuando está en proceso de creación.
6. En el triple cuerpo físico tenemos el cuerpo etérico, los nadis sustanciales, el cuerpo físico denso.
7. Todos los centros son responsables de la creación y conservación del sistema glandular endocrino, de forma adecuada o inadecuada. Los nadis son responsables de la precipitación del doble sistema nervioso. Esta es la clave de todo el problema de la creatividad.
8. El tipo de sustancia etérica de cualquier forma depende de dos factores:
a) el reino implicado (mineral, 1; vegetal, 2; animal, 3; humano, 4);
b) en el reino humano, está compuesto ahora de los cuatro tipos de substancia etérica: cuando la humanidad esté espiritualmente desarrollada, cada uno de estos cuatro planos responderán a los cuatro niveles del plano físico cósmico - logoico, monádico, átmico y búdico.
9. La sustancia de la que se componen los canales etéricos se compone de prana planetario. A través de estos tubos pueden fluir todas o cualquiera de las energías - emocional, mental, egoica, manásica, búdica o átmica. Diversas energías fluyen a su través, fusionadas y combinadas, pero encontrando sus propios puntos de enfoque en el cuerpo etérico cuando entran directamente en el cuerpo físico denso.
El prana puede definirse como la esencia de vida de cada plano en la zona séptuple que denominamos plano físico cósmico; la vida del Logos planetario animando a los siete planos.
Todo lo que existe en el plano físico, astral y en los niveles de la mente inferior, se considera perteneciente al mundo de la forma (incluyendo en plano en que se encuentra el cuerpo causal).
Cada uno de los éteres está destinado a ser canal o expresión de los cuatro éteres cósmicos en el ser humano, cuando esté construido el antakarana como canal directo de vida universal, intensidad monádica, propósito divino y razón pura.

Hoy el cuerpo etérico responde a energía que provienen de:
1. El mundo físico (energía alimentadoras de impulsos animales)
2. El mundo astral, determinando deseos, emociones y aspiraciones que se expresarán y buscarán en el plano físico
3. El plano mental inferior, desarrollando la propia voluntad, el egoísmo, la separatividad y la dirección o tendencia en el plano físico.
4. El alma.

Centros planetarios y humanos
Las emanaciones de los rayos proceden del nivel monádico de percepción o segundo plano etérico cósmico (se podría afirmar que esta grandes energías forman el vehículo etérico del Logos planetario). Los proceso evolutivos constituyen procesos de eliminación de la substancia física etérica, y su substitución con sustancia de los cuatro éteres cósmicos.
La transferencia de los éteres superiores produce conflicto y crisis, que afectan a la salud del cuerpo físico, que tienen lugar en cinco etapas naturales o iniciaciones. El Cetro de Iniciación es utilizado para estabilizar los éteres superiores dentro de la personalidad.
Los centros como lotos:
1. El Punto en el centro, índice de la vida monádica
2. Las energías que se relacionan con el loto egoico, condicionadas por el alma
3. La esfera de radiación, la influencia emanante del loto, condicionando a la personalidad
4. El triángulo de energía, condicionado por la Tríada espiritual

Los centros y la personalidad
Los centros debajo del diafragma son controlados por lo cuatro éteres del plano físico planetario; los centros arriba del diafragma están controlados por los cuatro éteres cósmicos.
Durante el proceso evolutivo, los centros inferiores son controlados por los tres primeros éteres; en el punto de integración personal, las energías del plano atómico etérico controlan, creando la posibilidad de que las energías de los planos etérico cósmicos activen los centros arriba del diafragma.
Los siete centros se componen de éteres físicos, pero en el discipulado se convierten en vehículos de los éteres cósmicos.

1. El Punto en el Centro. Punto de vida por el cual la Mónada se ancla en el plano físico, y principio vida de todos los vehículos transitorios, conteniendo todas las potencialiades vibratorias. Personifica la voluntad de ser, la cualidad de atracción magnética y la inteligencia activa. Existen siete de estos puntos que expresan la naturaleza séptuple de la conciencia; los siete subrayos del rayo monádico dominante se expresan en la misma forma.
En determinado momento, el cuerpo etérico individual está sumergido en la luz que emana de estos siete puntos, y matizado por la luz de la joya de la cabeza; entonces los centros se relacionan entre sí por una línea de fuego viviente y cada uno se expresa en forma divina.

2. Las energías relacionadas o pétalos del loto. Indican el estado de conciencia del eterno uno, que en tiempo y espacio puede expresar. Solo el punto en el centro tiene que ver con el aspecto vida; los pétalos se refieren al aspecto conciencia.
Este estado de conciencia se revela por el volumen, color y actividad de las energías de los pétalos; su desarrollo está condicionado por los rayos regente y por la edad del alma (el puto de enfoque en cualquier vida particular). El foco natural puede ser definidamente contrarrestado por la línea de pensamiento del hombre, y la energía puede ser dirigida a uno de los centros arriba del diafragma y atrofiando el inferior.
Al término el ciclo evolutivo, las energías en completo desarrollo son utilizadas consciente-mente como aspectos esenciales del mecanismos de contacto. Los centros son en realidad puntos focales mediante los cuales la energía puede ser distribuida y dirigida hábilmente a fin de producir el impacto necesario.
Ha de prestarse atención al servicio prestado por los centros, y a enfocar y emplear la energía para servir. El número de pétalos que forman un centro indica el número de energías disponibles para el servicio.

3. La esfera de radiación. Radio de influencia o efecto vibratorio de los centros, que crean en realidad el aura del ser humano. El cuerpo etérico manifiesta y condiciona el aura, demostrando lo que la personalidad es emocional y mentalmente, y el grado de control que ejerce el alma.
La esfera de radiación es un poderoso instrumento para el servicio, y debería cultivarse el alcance y pureza de su contacto.
Los centros se activan por el cultivo de ciertas virtud DE, son llevados aromáticamente a la condición irradiante por medio de correcto vivir, los pensamientos elevados y la actitud amorosa; estas virtudes son poderosas y eficaces para llevar los centros a la deseada actividad irradiante. cuando todos los centros son esferas de radiante actividad externa, se interpenetran convir-tiéndose en un centro de luz viviente unificado.
4. El Triángulo Central de Energías. Los tres rayos que condicionan los vehículos periódicos Existe una diferencia muy interesante: se aplica la palabra materia a todas las formas de los tres mundos, incluidas las formas mentales; sustancia es en realidad materia etérica cósmica.


Este artículo se editó del texto original del Boletín trimestral de la Escuela Huber de Astrología, de la sección de "Rincón esotérico", que está a cargo de José Antonio Rodríguez de Las Palmas, especialista en los contenidos de la Escuela Arcana. José Antonio ha recopilado y sintetizado en diversos artículos temas que son de interés general para los alumnos de la escuela. Básicamente son resúmenes de los libros de Alice Bailey (Los 7 Rayos) y de Michael D. Robbins (The Tapestry of the Gods).

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