¿ Qué pasará con el alma en el momento de la muerte? ¿A dónde vamos cuando morimos? ¿Tenemos alguna influencia en cuanto a nuestra próxima situación? ¿Podemos elegir nuestra vida futura?
Según dicen las escrituras vedicas en el Bhagavad Gita :
La diferencia entre un cuerpo muerto y uno vivo es la presencia del alma. Tan pronto como el alma deja el cuerpo, consideramos a éste como muerto. Para el alma no existe nacimiento ni muerte en ningún momento. Ella no ha llegado a ser, no llega a ser y no llegará a ser. El alma es eterna, permanente y primordial, no se le puede matar cuando se mata el cuerpo, sabiendo esto no debes afligirte por el cuerpo. La reencarnación es una faceta importante de las religiones orientales del hinduismo y el budismo. La mayoría sostiene una visión panteísta de Dios, el panteísmo viene del griego pan, que significa "todo" y el concepto de teísmo, que significa "Dios". En el panteísmo, Dios es una fuerza impersonal formada por todas las cosas; el universo es Dios y Dios es el universo. Todos los seres creados son una extensión o emanación de Dios.
Las cosas vivas poseen un cuerpo físico y una entidad inmaterial llamada alma, fuerza vital o Jiva. Al morir, la fuerza vital se separa del cuerpo y asume una nueva forma física, la ley del karma determina qué forma asumirá el individuo. Esta ley enseña que los pensamientos, palabras y acciones de una persona tienen una consecuencia ética y determina su suerte en existencias futuras. Nuestro estado presente es el resultado de acciones e intenciones realizadas en una vida anterior. La cantidad de karma bueno o malo logrado en nuestra vida presente determinará si uno vuelve como una forma de existencia superior o inferior.
La palabra sánscrita karma literalmente significa "acción, actividad, trabajo". Inclusive una cita bíblica lo menciona "lo que siembres cosecharás", se convirtió en un dicho popular. También son comunes en la historia del judaísmo, información acerca de las vidas pasadas y futuras, que se encuentra en la Cábala. En el Zohar, uno de los principales textos cabalísticos, se dice: "las almas tienen que volver a entrar en la sustancia absoluta de la cual han emergido, pero para lograrlo, deben desarrollar todas las perfecciones, cuyo germen está plantado en ellas mismas; y si no han cumplido esta condición en una existencia, tienen que comenzar una segunda, tercera, etc. hasta adquirir las cualidades que las capaciten para volver a unirse a Dios". El Corán dice: "Y vosotros estabais muertos y Él os trajo nuevamente a la vida. Y Él os hará morir, y os traerá nuevamente a la vida y finalmente os llevará a Él mismo". En el islamismo, los Sufis, especialmente, creen que la muerte no es una pérdida, porque el alma inmortal pasa continuamente por diferentes cuerpos.
Jalalu 'D-Din Rumi, un famoso poeta sufí, escribió:
Yo morí como mineral y me transformé en una planta.
Yo morí como una planta y me elevé al animal.
Yo morí como animal y fui hombre.
¿Por qué habría de temer? ¿Cuándo fui menos por morir?
Uno pasará por millones de reencarnaciones, hacia una forma superior o una forma inferior de vida para pagar la deuda del karma. Este ciclo de reencarnación se denomina la ley de sansara. Con el tiempo, uno espera pagar todo el karma malo y liberarse del ciclo de reencarnación, y lograr la unidad con lo divino. Esta liberación del ciclo de reencarnación se llama moksha. Se considera que el alma está presa en un cuerpo, y debe ser liberada a fin de lograr la unidad con lo divino.
Cada escuela de pensamiento varía en su enseñanza con relación a cómo uno logra la liberación final del ciclo de la reencarnación. La mayoría concuerda en que solo desde la forma humana uno puede lograr la unidad con lo divino. La liberación de la cautividad del cuerpo puede ser lograda a través de diversos medios. Algunas escuelas enseñan que, mediante la iluminación que viene del conocimiento, la meditación y la canalización, uno puede romper el ciclo. Otras escuelas enseñan que la liberación viene a través de la fe y el servicio a una deidad o manifestación específica de lo divino. A cambio, la deidad lo ayudará en su búsqueda del "moksha". Otras escuelas enseñan que uno puede lograr la liberación a través de la disciplina y las buenas obras.
El Catolicismo aceptaba la reencarnación hasta que el Concilio II de Constantinopla del 553 prohibió esta creencia. Los primeros gnósticos cristianos (como Carpócrates, Basílides o Valentín) también creían en la reencarnación. El Vaticano ha ocultado toda la parte esotérica del cristianismo por motivos secretos, sobreviviendo en Europa en las sociedades de los Rosacruces, Francmasones, Cabalistas y otros. Importantes personalidades creían en la reencarnación: como Platón, Pitágoras, Goethe, Shopenhauer, Oscar Wilde, Voltaire, Virgilio, Hume, Kipling, Allan Poe, Emerson, San Buenaventura, Giordano Bruno o Benjamín Franklin. El famoso curandero mentalista estadounidense Edgar Cayce (s.XIX-XX) curaba visulizando las vidas pasadas. La reencarnación se ha estudiado científicamente por muchos autores, científicos y psicólogos, como Ian Stevenson, de la Universidad de Virginia, Arnold Bloxam, Doctor Mortis Stark, Albert de Rochas, C.D. Broad, Alexander Cannon, Morey Berstein, Joe Keeton, la psicóloga Edith Fiore etc... Estos autores han grabado ingente cantidad de regresiones en sesiones de hipnosis.
Karma. Es la ley de causa y efecto aplicada a las acciones mentales, morales y físicas. El ego nos apega e identifica con objetos sentimientos y pensamientos. Estos apegos generan distorsiones con relación a nuestras acciones. En vez de actuar, reaccionamos. Los Karmas son las condiciones requeridas para equilibrar y completar estas tendencias.
Dharma. Es el sendero de la vida, por sobre la rueda del karma, que alineando nuestra alma y nuestro destino, dispone nuestras acciones hacia el Infinito. Es decir, acciones sin reacciones o karma.
Reencarnación. Es el ciclo de nacimiento y muerte incitado por el karma. Nuestros pensamientos y nuestras acciones crean causas que deben ser completadas, así es que provocan nuestra próxima encarnación.
Liberación. Es la emancipación del ciclo de nacimiento y muerte. Cuando vivimos en Dharma, más que en Karma, estamos llamados a ser liberados.
La doctrina de la reencarnación es para muchas personas francamente difícil, por que nos convierte en directos responsables de nuestra condición. Para todos nosotros resulta desagradable enfrentar esta responsabilidad y algunos de nosotros preferimos culpar a Dios, a nuestros padres, al sistema político imperante o a cualquier cosa externa a nosotros, por hacernos ser lo que somos. Desde este punto de vista estaremos infelices y malgastaremos nuestra vida en maldecir nuestro destino y con la excusa acerca de nuestras debilidades y de nuestros fracasos.
Esta doctrina de la reencarnación, que al principio parece descorazonadora, implica en realidad una profunda y optimista creencia en la justicia y el orden del universo. Si es que somos nosotros los que hemos hecho nuestra presente situación, somos nosotros quienes podemos cambiarla. No tenemos excusa para la autocompasión y tampoco tenemos razón para desesperarnos. No estamos perdidos en el desamparo, no estamos condenados inevitablemente, no estamos bajo ninguna maldición misteriosa desde antes de nacer. Todo lo que necesitamos es coraje y no dejarnos rendir ante la contienda. A veces nuestras emociones, sentimientos, numerosos hábitos, presiones ambientales, experiencias del pasado, debilidades del momento y miedo al mañana nos detienen para completar las causas de las acciones que hemos empezado. Ya que Dios es creativo y la energía creativa es infinita, cuando nosotros, los pequeños dioses empezamos una secuencia, incluso en la soledad del pensamiento, creamos una encarnación y tendremos que vivir alguna vez en el futuro para completar esta secuencia.
En nuestro camino hacia la Era de Acuario, debemos entender nuestra propia reencarnación, debemos ser conscientes. El equilibrio que alcancemos va a contar para nuestra ida de este planeta y para nuestra fusión con Dios o bien para nuestra próxima encarnación. Esto es en esencia la explicación de la teoría de la causa y el efecto, la teoría de la reencarnación, la teoría del registro Akáshico. Antes de que un alma tenga la oportunidad de ser liberada, tiene que tener la oportunidad de estar encarnada en un cuerpo humano. Para adquirir un cuerpo humano tardamos 8.4 millones de vidas en pasar por otras formas de existencia. También puede tomar muchas otras encarnaciones para que un ser humano alcance el punto de liberación. La liberación no consiste en ir al reino de Dios desde esta tierra, no existe tal reino en ninguna tierra lejana. El reino de Dios esta donde tú estás ahora. La liberación consiste en estar despreocupado y ser franco,cuando dices lo que sientes y cuando no degradas lo que significas. Aquellos que han sentido lo más elevado de la liberación dicen: "Todas mis cadenas se han soltado floto libremente en el aire de la vida".
En el momento de la muerte, el alma junto con el cuerpo sutil abandona el cuerpo burdo, el cuerpo físico. Es el cuerpo sutil y nuestros deseos y pensamientos grabados allí y recordados en el momento de la muerte lo que es decisivo para nuestro próximo cuerpo. Esta transmigración del alma de un cuerpo a otro es llamada reencarnación. Para emanciparnos de la interminable repetición de nacimientos y muertes, debemos comprender las leyes del karma y la reencarnación. Si no lo hacemos, tendremos que continuar regresando a este mundo material una y otra vez; y requerimos recordar que es posible que no siempre regresemos como seres humanos. El alma, en el estado materialmente condicionado, perpetuamente viaja por el tiempo y el espacio. Debido a la ley cósmica del karma, ocupa diferentes cuerpos en los diversos planetas de los universos materiales. Pero donde quiera que el alma viaja, encuentra siempre las mismas condiciones. Comprendiendo la ciencia de la reencarnación, nos libraremos de las garras del karma, y retornaremos a las regiones espirituales del conocimiento, la felicidad y la eternidad.
El estadounidense Ralph Waldo Emerson (1803-1882) dice:
"Si usted ama a las personas y las sirve, será recompensado. Las recompensas ocultas continúan hasta restablecer el balance de la justicia divina, esta ley no puede ser cambiada y todos los tiranos, terratenientes y monopolistas de este
mundo tratan en vano de romper este balance. La gente, al igual que todos los seres vivos, el sol y los planetas deben obedecerlo o serán destruidos por la reacción negativa". Así cada uno de ellos obtiene exactamente lo que se merece, nada más y nada menos. La actividad es el reflejo de nuestra conciencia, si estamos mal es porque nos hemos portado mal en otra vida. Los pecados que cometimos no es lo importante, lo importante no es excusarnos de ellos, lo importante es desarrollar una fuerte inclinación hacia el bien. Debemos aprender qué es estar sanos en forma general. Y al saber que estamos enfermos debido al sufrimiento, debemos buscar nuestra sanidad a través de la felicidad y paz espiritual. En otras palabras, se nos juzga más por la intención que por los actos, nuestro propósito interior es más valorizado que nuestros actos, siempre sujetos a la imperfección y el error. A las personas sensibles les basta y les sobra con los pecados de esa misma vida para recapacitar y buscar el bien.
El propietario Supremo, quien existe como supervisor y sancionador y a quien se conoce como la "superalma", tiene la función de registrar los innumerables deseos de cada ser viviente y hacer los arreglos para su realización así como observar las actividades de los seres vivos y otorgarles sus reacciones correspondientes, esta mano dirigente de Dios es llamada la ley del karma. Debemos admitir que cualquier cosa que nos suceda en esta vida, no es más que la reacción a nuestra actividad en ésta o en alguna vida anterior, por lo tanto no es un asunto de suerte sino que es un resultado de las acciones que decidimos hacer por nuestro libre albedrío. Por consiguiente, algunas veces sucede que personas viviendo de manera muy piadosa aún siguen expuestas a toda clase de sufrimientos, podemos concluir que en el pasado ellas actuaron de manera inapropiada. Usualmente ellos aprenden esto y deciden vivir adecuadamente en su vida presente, igualmente alguien que está colmado de éxito está recibiendo el fruto que sembró.
Enseñanzas que Siddharta Gautama (Buda) brindó a este mundo.
Cinco cosas en que debemos reflexionar constantemente:
1. Está en mi naturaleza envejecer, no puedo escapar del envejecimiento.
2. Está en mi naturaleza enfermar, no puedo escapar de la enfermedad.
3. Está en mi naturaleza morir, no puedo escapar de la muerte.
4. Todo lo que es mío, que quiero y me deleita, cambiará y desaparecerá.
5. Yo soy el propietario de mis acciones, heredero de las consecuencias de mis acciones, originado por el resultado de mis acciones y tengo a mis acciones como mi único refugio. De cualquier acción buena o mala que yo realice seré el heredero.
Los 4 Pensamientos Básicos que Orientan la Vida al Despertar
1. Tenemos una preciada vida humana. Una oportunidad maravillosa de transformación.
2. Esta vida es impermanente. Todos vamos a morir, no sabemos cómo, cuándo, dónde, por qué o para qué. Por eso debemos apreciar y aprovechar cada instante, en el aquí y en el ahora.
3. Nuestra vida está sujeta a un sin fin de causas, denominado karma.
4. Estamos atrapados en altibajos de placer y dolor, llamado Samsara, que es como un gran "correcional cósmico" a la que nos enviaron por habernos portado mal en otras vidas.
Las 4 Nobles Verdades
1. Esa vida siempre termina en dolor y sufrimiento. Sufrimos al nacer, al crecer, al enfermar, al envejecer y al morir. Sufrimos por tener o no tener.
2. La causa de ese dolor y sufrimiento es el deseo y la ignorancia.
3. Si suprimimos la causa suprimimos el efecto. Si suprimimos la ignorancia suprimimos el deseo y suprimimos el sufrimiento. "no quieres sufrir, no desees".
4. El método para liberarte del sufrimiento es el Octuple Noble Sendero:
i. Correcta atención.
ii. Correcto esfuerzo.
iii. Correcto pensamiento.
iv. Correcta palabra.
v. Correcta acción.
vi. Correcto sustento.
vii. Correcta visión.
viii. Correcta absorción.
El Triple Entrenamiento
Para lograr el Octuple Noble Sendero requerimos un Triple Entrenamiento:
1. El entrenamiento de nuestra mente
2. El entrenamiento de nuestra palabra
3. El entrenamiento de nuestro cuerpo
Esto lo logramos a través de:
1. El Samadhi o el cultivo de la atención unipuntual (meditación)
2. Prajña o el cultivo de la sabiduría, del correcto entendimiento de la realidad, la correcta visión
3. Shila o el cultivo del correcto comportamiento, a través del correcto esfuerzo, que se traduce en una correcta forma de pensar, hablar y actuar, que lleva a un correcto modo de vivir.
La Prueba de que el Triple Entrenamiento está dando fruto. La prueba de que el Triple Entrenamiento está dando fruto la podemos verificar a través de:
1. Liberarnos de falsos refugios por no tener existencia inherente, por ser producto de causas y por ser impermanentes, tales como el dinero, el poder mundano, los vicios, las distracciones, etc.
2. Liberarnos de una visión autocentrada de la realidad, de nuestro ego, soberbia, arrogancia, orgullo, vanidad, prepotencia.
3. El cultivo de la Bodhichita o el amor incondicional hacia los demás.
El Triple Refugio
Liberarnos del Samsara y del sufrimiento es una batalla ardua, requerimos de una gran ayuda. Por ello tomamos Refugio en la Triple Joya:
La Triple Joya se compone del Buda, el Darma (su doctrina y enseñanza) y el Sanga (la comunidad de sus discípulos). Tal como lo afirmaba el Buda, los budistas acostumbran tomar el Camino al Refugio para poderse enfrentar a los peligros de su vida presente, a los de sus vidas futuras y a los del transcurso general de la existencia (samsara).
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