Desde los 4 mundos de la Muerte hasta el Samheim Celta
Buscando el Hilo de Ariadna
El neurofisiólogo mexicano Jacobo Grinberg
Zylberbaum, íntimo amigo y colega de Karl Pribram, decía que sus
experimentos habían demostrado que todos los cerebros están
suprafísicamente conectados entre si y formando un gigantesco cerebro
central-único-original-y-creador, iluminado por una Mente Colectiva...
Reconozcamos que así dicho, parece una teoría
sumamente simplista, aunque finalmente, si bien es cierto que existen
versiones mucho más complicadas y ratificadas mediante una terminología
científica más compleja, la realidad que nos plantean los
descubrimientos quánticos, o la teoría del mundo unificado es que todo
es UNO.
Personalmente no tengo la dicha de tener una mente
analítica, ni una inteligencia superior, y por supuesto me falta
preparación para llegar a conclusiones científicas, pero así, por “la
cuenta la vieja”, llevo años dándole vueltas a una idea en mi cabeza,
leyendo por aquí, y buscando por allá; oyendo a unos y escuchando a
otros siguiendo un hilo misterioso del eslabón perdido, y quizá estos
hallazgos quánticos sean lo que me estén dando la clave de mi incesante
búsqueda.
Siempre me ha inquietado la antropología holística y
dentro de ella las causas por las cuales etnias de zonas tan sumamente
distantes entre si y cuyos conocimientos sobre la existencia de otras
tribus eran impensables, pudieron tener creencias tan sumamente
similares.
Por esa inquietud, comencé a investigar la
tradición del pueblo celta, y cuando mas adelante comprobé que los
druidas, en principio no tenían relación vinculante con ese grupo
étnico, cambié de rumbo y dirigí mi investigación hacia otros derroteros
quizá menos demostrables pero no imposibles. La Atlántida tenia muchas
posibilidades de ser el verdadero origen druida, quizá todo procediera
del continente perdido como muchos creen. Pero llegado a este punto,
encontré otra sorpresa: todas las etnias cuyas creencias eran
panteístas, desde Mongolia, pasando por Tibet, y atravesando Egipto
hasta el cruce del océano para llegar a las civilizaciones del
continente americano, tenían enorme similitudes en formas de creencias y
un común denominador del cual parecía que partiera su cosmogonía: El
culto a la muerte; el mundo de ultratumba, la añoranza del mas allá.
Unos lo planteaban desde el miedo, otros desde la
evolución y el karma y algunos hasta lo festejaban organizando
auténticos festivales como cuando despedimos a un compañero de estudios o
de trabajo que terminó su aprendizaje con nosotros y cambia de
residencia; tal era la perspectiva de la muerte en esas culturas. Se
diría que para ellos significaba el retorno al hogar paterno. Pero ¿de
donde salió la idea?, ¿Como era posible que Mongoles, Celtas, y Aztecas,
por poner un ejemplo, prepararan a sus muertos para un viaje al averno
cumpliendo similares requisitos?, ¿Hubo una primera etnia la que
difundió su fe al resto de las razas habitados en el momento?..¿Quién
fue el primero?
Los medios de comunicación no existían salvo
mediante viajes marinos, comerciantes y viajeros. Sus embarcaciones
dejaban bastante que desear no pudiendo realizar largas travesías de
navegación, y sin embargo un vistazo a las tradiciones, nos muestran
imágenes de celebraciones y rituales en las mismas épocas; cantaban las
mismas alabanzas y despedían a sus muertos con igual boato incluso
mediando un océano entre ellos. Tanto la cosmogonía celta como los
druidas me eran familiares por cultura, pero mi gran incógnita era la
América pre hispánica; lo poco que haba leído de ella me fascinaba y
quise saber algo más a fin de compararla con las otras; mi interés se
centraba en vislumbrar si el panteísmo era un puente entre todas las
antiguas civilizaciones, o si por el contrario, el nexo está en el hilo
misterioso que organiza el pensamiento humano conectandonos a una sola y
luminosa mente colectiva, igual que una misteriosa red de computadores
mágicos enlazados a un servidor cósmico. De ser esa teoría cierta, ¡que
despilfarro de vidas de sangre de guerras y de dolor!, ¿no? Quise
encontrar el eslabón perdido, y en ello estoy. Ojala estas notas ayuden a
otros seres a encender su luz y entre todos iluminemos la oscura noche
del mundo.
La Civilización Mesoamericana
Para evitar confusiones diremos que la llamada
civilización mesoamericana esta basada en rasgos culturalescomunes, que
agrupa a la civilización precolombina. Este concepto fue aplicado por
primera vez por Paúl Kirchhoff en 1943. Nosotros nos centraremos en las
culturas que abarcaban la zona de México.
Este conjunto demográfico tiene un bagaje enorme
toda vez que son diferentes linajes y cada uno con su idiosincrasia, por
lo que no es posible agruparlas sino desde un contexto bastante
genérico. Por otro lado no soy antropóloga así que de antemano solicito
la indulgencia por los errores técnicos que pueda cometer.
Cuando comencé a estudiar el fenómeno chamánico,
México despertó en mi un enorme interés antropológico y una extraña
fascinación por sus tierras, leyendas y costumbres. Reconozco mi enorme
cariño por sus gentes que tan profunda y gallardamente han llevado a
cuestas su tradición manteniéndola por encima de todo hasta conseguir
sincretizar todas en una sola. Gracias a eso podemos disfrutar en estos
momentos rituales tan fantásticos como la fiesta de los muertos, en
donde la muerte es la protagonista del canto a la vida tradicional en su
más puro origen cosmogónico y que unido al maquillaje adecuado de la
creencia católica, ha creado así una única religión.
Tambien quisiera hacer constar mi rechazo personal
con aquellas opiniones que juzgan a las civilizaciones prehispánicas
como primitivas y diabólicas. Si analizamos cualquier civilización desde
el prisma del europeismo arcaico y limitado, es evidente que todo lo
que no fuera conocido o controlado por nuestra monoteísta fe, nos
parecería igual de maléfico y sangriento. Recordemos el rechazo que en
su tiempo causaron las tribus celtas sobre Roma, nuestra “educadora”, y
su persecución hasta el exterminio. Parece como si cualquier cosa
ocurrida antes del cristianismo hubiera sido una aberración sin
considerar que también había personas, tradiciones y razones que
justificaban toda su cosmogonía, y sobre todo su derecho a una cultura
autóctona propia. No me cabe la menor duda que aun con la mejor de sus
intenciones, a pesar de que la historia haya demostrado que no con lo
mejor de sus acciones, el colonialismo hispánico y su dominación, como
todas las dominaciones a fin de cuentas, no fue precisamente ejemplar
para estos pueblos y sus tradiciones. Solamente con recordar las enormes
piras de fuego donde ardieron legados de cultura y tradiciones
indígenas, ya es suficiente daño al patrimonio de la humanidad. Por otro
lado, reconozco egoístamente que me congratulo infinitamente de los
vínculos lingüísticos creados entre las dos culturas que hoy día nos
permite sentirnos hermanados en muchos campos.
LA COSMOGONIA
La idea panteísta que el cielo era una bóveda
sujeta por divinas manos invisibles, y siempre con el riesgo que un día
se derrumbara sobre la población humana es común tambien entre los
pueblos de la civilización mesoamericana.
“Para los nahuas, el universo era un gran disco
solar rodeado por aguas que se extendía hasta las cuatro esquinas
(rumbos) del mundo. En cada esquina había un árbol y un dios que
sostenía el cielo como columnas místicas, y cada uno de los rumbos se
relacionaba con varios símbolos, además de un signo calendario y un
color. Del punto central, al que tambien se le llama el ombligo del
mundo, surge otro árbol o eje que atraviesa el plano terrestre desde el
cielo hasta el inframundo” (Torres, 1999:147).
Sin embargo mientras que para occidente las
orientaciones se basan en puntos cardinales, para los nahuas estos
rumbos comienzan la orientación por el punto donde sale el sol, que a su
vez es inicio del día y a partir del cual se iban distribuyendo el
resto de los rumbos:
1. Tlauchcampa o tonatiuhixco,
que quiere decir “por donde sale el sol” o “la cara del sol”. Aquí
también se hallaba el paraíso del dios de la lluvia Tlaloc. Los nahuas
también asocian este rumbo con un sitio nombrado Tlillan Tlapallan,
donde se cree que Quetzalcóatl se había refugiado después de sus
experiencias de Tula. El color asociado a este lugar es rojo y el signo
es ácatl (caña). Este rumbo equivaldría al este. (Torres, 71).
2. Mictlampa que
significa el lugar de la muerte. Está asociado con el color negro y el
signo técpatl (pedernal) y iguala al norte. (Torre, 126).
3. Cihuatlampa
cuyo significado es “lugar de las mujeres”. Está relacionado con el
signo calli (casa), el color blanco y el oeste. (Torre, 127).
4. Huitzalco, que
quiere decir “lugar de las espinas” u Opachpa Tonatiuh “izquierda del
sol”. Este rumbo también se relaciona con la muerte, pero es porque el
sol no iba allí. Geográficamente era relacionado con el calor. Su color
es azul y el signo es tochtli (conejo). Equivale al sur. (Torre, 160).
5. La superficie terrestre según López Austin (1988, 171) se manifiesta de la siguiente manera:
Se encuentra rodeada por el anillo de las aguas marinas.
Sus cuadrantes son:
a. EL ESTE, que tiene el color rojo y el símbolo de la caña,
b. EL NORTE, pintado en color negro y con el símbolo del pedernal.
c. EL OESTE en color blanco y con el símbolo de la casa y
d. EL SUR, que tiene el color azul y el símbolo del conejo.
En el centro está el ombligo del mundo, la piedra preciosa verde, habitada por el Dios del Fuego. (López Austin, 1988:171)
El Universo Nahual: Sujetando la boveda celeste
El
universo nahua se encuentra dividida en tres niveles cósmicas: el
cielo, también llamado el sobremundo, la tierra o el mediomundo y el
inframundo.
El cielo, estaba habitado por los dioses que podían
enviar sus poderes al mundo de los hombres, causando a estos daño o
beneficio. Todos los dioses son polares, es decir todos tienen una
pareja cósmica igual que el taoismo oriental, marca la polaridad de
todos las cosas. Así el dios creador Tezcatlipoca( es el dios negro) y
su complemento la serpiente de plumas preciosas, Quetzalcóatl (dios
blanco), tambien llamado Tezcatlipoca blanco). Una vez que hubieron
separado el cielo de la tierra pasaron a convertirse en árboles a fin de
evitar que el cielo cayera sobre la tierra y destruyera la raza humana.
El centro estaba habitado por los hombres, quienes
convivían con los vegetales y los animales, con los astros, las nubes,
las lluvias y los vientos, con emisarios y fuerzas divinas, con dioses
invisibles u ocultos bajo formas extrañas.
Era este centro del cosmos la región de la
confluencia y de la lucha de todo lo alto y todo lo bajo (López Austin).
Curioso, parece que seguimos igual, aunque con más tecnología. Se diría
que nuestro planeta es el campo de batalla de muchos mundos y el hombre
sigue siendo el centro de ese microcosmos.
Igual que todas las demás creencias tambien existe
un numero sagrado entre las diversos grupos de las culturas
mesoamericanas. El numero 4 es de tan vital importancia en el
pensamiento mesoamericano que no solo se tiene en cuenta en los rumbos
del universo, y los colores asociados, sino que también son 4 los días o
signos, y el final del ciclo calendario de 260 días, y para completar,
como veremos después, cuatro son los mundos que puede visitar el alma
después de la muerte, y son cuatro los tipos de muerte.
Una de las cosas que más me ha llamado la atención
en esta recopilación de datos, es la similitud en el concepto dual que
de la vida tienen estas culturas con los celtas. Ambos consideran que,
todo es un continuo nacer –morir-renacer; a esto aun se unen los
tibetanos de los Hinmalayas, y especialmente la tradición Bhö que aún
hoy en día conserva su panteísmo, aunque seguramente podriamos añadir a
esta lista muchas más de las creencias que aún existen en el mundo. En
la cultura mesoamericana este concepto dual de continuo vida-muerte-vida
es fundamental para comprender su cosmovisión precolombina.
La diferencia en este punto estriba que mientras
para los nahual, el renacimiento no esta vinculado en función de los
actos realizados en anteriores experiencias, sino al tipo de vida y la
forma de la muerte, para el tibetano, y el Hinduismo, son precisamente
los hechos quienes generan una vida placentera -si es que se puede
calificar así- o restrictiva kármicamente hablando.
Eduardo Matos Moctezuma(1975) dice que : “ fue a
través de los mitos y leyendas como el hombre prehispánico dio a la
muerte un carácter cíclico, de tal forma que ésta se hallaba inmersa en
un proceso tanconstante como el día y la noche.
“Los conceptos de nacimiento y muerte (…) se dieron
como unidad indisoluble y a su vez causa efecto uno del otro” (Matos,
1975: 8). “...Los numerosos vestigios arqueológicos que representan
rostros mitad calavera, mitad carne, son simbolismos indudables de esto.
La dualidad reviste importancia vital para el hombre prehispánico desde
tempranas épocas, inclusive es, para algunos investigadores, el
principio esencial del universo del antiguo México(Matos, 1975)”...
“El pueblo de la muerte” es el nombre que
recibieron los aztecas, y debe ser verdad ya que tenemos infinidad de
muestras y actos de la vida cotidiana en donde la muerte es la
protagonista. Podriamos citar los nombres de los días, en que, el sexto o
Miquiztli, estaba representado por una calavera que simbolizaba la
muerte, así como también el Huei Micailhuitl, o noveno mes que
correspondía a la fiesta de los difuntos. Los nacimientos podían estar
regidos bajo el signo de la muerte o Mictlanteuctli. Éste era el octavo
signo y designaba a los futuros médicos y parteras, o todos aquellos que
en corto tiempo morían. De todo ello da buena cuenta el investigador
Del Paso Troncoso.
La muerte ha sido uno de los temas mas prolíficos y
bellamente expuestos por los nahuas tanto en arte, como en pintura, la
arquitectura, pero más que en ningún otro en la poesía donde vemos una
muerte llena de colorido y tintes melancólicos, de respuestas inciertas
ante la visión de un viaje seguro, a un lugar desconocido.
Tres son los principales mitos que todo pueblo
presenta: el cosmogónico o creación del mundo; el antropogénico o
creación del hombre, y (…) una proyección al más allá” (Matos, 1975: 7).
En esta tercia, los nahuas lograron establecer de forma insistente la
dualidad vida-muerte.
Dicen las enseñanzas de la cultura azteca:” No
podemos tener conciencia plena de la vida, si no existe conciencia plena
de la muerte”. De esta manera el nacimiento del quinto sol (Era actual)
fue producto del sacrificio y muerte de Tecuciztécatl y Nanahuatzin
(dios sol y diosa luna) que generosamente al saltaron al fuego cósmico
que ardía en Teotihuacan para salvar a los humanos. Por ello renacieron y
dieron vida y en premio pasaron a formar parte del elenco divino
nahual.
-“¿Cómo habremos de vivir? ¡No se mueve el sol!
¿Cómo en verdad haremos vivir a la gente?
¡Que por nuestro medio se robustezca el sol,
Sacrifiquémonos, muramos todos!”
Entre los Toltecas,Quetzalcoatl, considerado como
un dios, dice la leyenda que se incinera en las orillas del agua celeste
y su corazón se transformó en una mariposa que elevo el vuelo al cielo
para pasar a convertirse en el lucero del alba... "Luego se atavió él
mismo, se prendió fuego y se quemó. Por eso se llama " El Quemadero" ahí
donde fue Quetzalcoatl a quemarse. Se dice que cuando ardió, al punto
se encumbraron sus cenizas, y aparecieron al verlas todas las aves
preciosas que se remontan y visitan el Cielo: el tlauhquéchol, el
xiuhtótotl, los papagayos tozneneme, los alome y los cochome, y tantos
otros pájaros lindos. Al acabarse sus cenizas, al momento vieron
encumbrarse el corazón de Quetzalcoatl. Según sabían, fue al Cielo y
entró en el Cielo. Decían los viejos que se convirtió en estrella que al
alba sale ..”
Libremente los dioses, aceptan la muerte,
sacrificándose para que el sol se moviera y fuera posible así la vida de
los hombres. Moviéndose al fin el sol, comenzaron una vez más los días y
las noches; los hombres habían merecido su vida gracias al auto
sacrificio de los divinos. Por esto, los seres humanos habrían de
llamarse en adelante macehuales, que quiere decir “merecidos”.
Esto daría un sentido a los temidos eclipses de
sol, ya que si este se escondía seria la muerte del astro y por ende no
habría luz ni calor en la tierra lo que significaría la destrucción de
la raza humana. Ante esa inminente catástrofe la única posibilidad de
salvación estaría en “alimentar” al sol; si los propios dioses se habían
ofrendado anteriormente en beneficio de los hombres, no era de extrañar
que fueran ahora los humanos los que ofrecieran su vida en holocausto.
Me doy cuenta que siempre hay una divinidad que
ofrece su sangre para salvar a la humanidad, en casi todas las
tradiciones y siempre los humanos somos los receptores de ese mérito.
Quizás esa es una razón por la cual siempre necesitamos un líder, un
maestro, alguien que marque la pauta, que nos de ejemplo para seguirlo, e
imitarlo. Eso sí es algo común en todas las tradiciones. En nuestra
cultura fue el Hijo de Dios; en ésta son los propios dioses; en la
Tolteca Quetzacoaltl se prende fuego para iluminar al mundo. Desconozco
si los celtas tuvieron esa cosmogonía por falta de documentación
escrita, pero si tengo referencias de un ritual en el que en épocas de
carestía y hambrunas los druidas determinaban sacrificar un habitante de
la tribu y regar la tierra con su sangre a fin de aplacar la ira de los
dioses y pedir abundancia de cosechas.
Como podemos apreciar, en los mitos aztecas hay
algunos elementos comunes con otros relatos cosmogónicos, que enlazan el
sistema de creencias mesoamericanas con otras culturas alejadas de esta
civilización. La estructura cosmogónica de estas culturas y la
regulación del Mundo en varias fases, es común con los chinos por
ejemplo con el mito del huevo cósmico.
Sin embargo la teoría de la existencia de 4 mundos
previos al nuestro con un final de destrucción total, es propia de las
culturas mesoamericanas.
Por otro lado, el elemento Divino como creador del
origen y ordenación del Mundo coincide con culturas como la griega y
cristiana, ya que sin la actuación divina el Universo no existiría.
En América precolombina, es el sacrificio de varios
dioses lo que permite la formación de nuestro mundo, el quinto. Esta
idea la comparte la mitología china (dios P'an-Ku).
Y Tras la muerte, la fuerza de la resurrección se
pone en marcha. E l sol reaparece cada mañana después de haber pasado la
noche “bajo la llanura divina”, Teotlalliitic, es decir, en los
infiernos; Venus muere y renace; el maíz muere y renace; toda la
vegetación herida de muerte en la estación seca, resurge más bella y más
amarilla en cada estación de lluvias, del mismo modo que la luna
desaparece del cielo y reaparece al ritmo de sus fases. Tonatzin
(nuestra madre la tierra) o Xochiquetzal (la señora de las flores) son
la base que sustenta la vida y participan así en el ciclo cósmico de
nacimiento y muerte permanente De esta manera ni la naturaleza ni el
hombre están condenados a la muerte eterna.
Cada día la naturaleza nos enseña esta lección
magistral naciendo por el este y muriendo al anochecer por el oeste, y
de igual manera la vida y la muerte son los dos aspectos de una misma
realidad tan evidente como el grano de maíz que brota de una semilla y
es molido para alimentar a otros en un ciclo continuo. Así el guerrero
que muere en el campo de batalla o el vencido sacrificado no tiene mayor
importancia ya que la vida aquí solo es un espacio, un periodo, un
pasillo en donde lo importante trasciende la materia para volar
convertido en compañero del Águila, Cuauhecatl, en “compañeros del sol”.
Una vez más el objetivo del hombre según las cosmovisión prehispana, no
es la vida terrenal sino la purificación en este plano y la entrega
generosa para el despertar de la conciencia, y eso, si sabemos que es
también común a todas las creencias.
LOS CUATRO MUNDOS DE LA MUERTE
Sin embargo no todos los hombres tenían la fuerza
espiritual, el dominio de su voluntad y el valor de encarar la vida y la
muerte de esta manera, a pesar de esa visión filosófica la muerte. El
sacrificio era terrible, al menos a nuestros ojos occidentales, aunque
bien mirado, no menos terribles que las celebraciones romanas en el
circo de los leones, o las quemas de brujas de la inquisición. Tambien
los celtas tenían sacrificios humanos, y hasta en relatos bíblicos se
habla de sacrificios cruentos. Hay un trasfondo sangriento en la raza
humana que al parecer no conseguimos erradicar y por otra parte, valor
que se daba a la vida en la historia primitiva de la humanidad estaba
más en la linea de pertenecer a los dioses que en una elección humana.
Ya hemos dicho que según la forma de vida, al morir se podía llegar a 4 lugares diferentes, y de ellos el más apreciado era el Ilhuicatltonatiuh,
lugar prometido para los guerreros de la batalla florida; el premio de
aquellos que lograron florecer su corazón y entregarse como alimento.
Un detalle que me llamó la atención es que los
dioses no se alimentaban de cualquier sangre, de hecho ni siquiera de la
sangre en sí misma, sino de la esencia contenida en el líquido vital de
los valerosos guerreros y las mujeres muertas en el parto. ¿Cuál es la
característica común en estos dos grupos?, ¿Cuál era el alimento de los
dioses? Quizá para unos fuera la adrenalina que generaba esos estados,
pero me inclino mas a la generosidad, el arrojo, a la lealtad, en fin, a
la capacidad de entrega de una persona en beneficio de un grupo...En
realidad esto si era común al guerrero y a la madre parturienta.
La casa del Sol,o el Señor de la Gloria, era el
hogar de las almas de los soldados muertos en batalla o prisioneros en
poder del enemigo, a causa de las guerras y los cautivos que habían
muerto en poder de sus enemigos. La forma de recibir la muerte variaba
entre, morir acuchillados, quemados vivos, otros acañavereados, peleando
con ellos, e incluso los había a quienes les ataban teas por todo el
cuerpo a las que prendían fuego, y así se quemaban.
Las mujeres que muertas en el parto se convertían en mocihuaquetzque
o mujeres valientes, eran las encargadas de guiar al Sol en su
recorrido del medio día hasta el atardecer. Se creía que ellas habitaban
en la parte occidental del Cielo.
Decía Sahagun que : “..Y en el cielo hay arboleda y
bosque de diversos árboles; y el dios Sol recibía allí las ofrendas que
le daban en este mundo los vivos; cada vez que amanecía el sol daban
muchas voces golpeando en sus escudos; aquel que tuviera el escudo
atravesado por saetas, vería el sol a través de sus agujeros. (Chavero,
1939: 106-107).
Se decía que estaba situada en una hermosa llanura,
y siempre, y (Matos, 1975: 59) cuenta la leyenda que a los cuatro años
sus almas se convertían en aves de plumas de ricos colores que
disfrutaban chupando las flores del cielo y de la tierra. Como se puede
comprobar la belleza poética de estas culturas en sus descripciones
sobre la vida en el mas allá, unidas a la ausencia de juicio en cuanto
premio o castigo por las obras realizadas en vida, era una absoluta
liberación del miedo a la muerte mas propio de la religiones
monoteístas.
El cielo, estaba dividido en trece pisos de los
cuales cuatro pertenecían al cielo bajo, es decir, el mundo de los
hombres; en esos cuatro pisos residía el Sol, la Luna y las estrellas.
El códice Vaticano Latino en la 3738 lámina, e interpretado por López
Agustín (1996:62-63) nos ofrece una explicación de cada piso.
El segundo lugar era el Chichihuacuahco.
Este era el hogar de los niños muertos, quienes se
alimentaban de un bello y frondoso árbol, y de cuyas ramas emanaban
gotitas de leche. Estos niños volverán al mundo para probarlo cuando se
destruya el quinto sol, que es nuestra era actual. Mientras tanto allí
disfrutarán sin pena ni gloria.
El tercer lugar era el Tlalócan, la mansión de la Luna.
Allí viven unos dioses que se llaman Tlaloque, los
cuales se parecen a los ministros de los ídolos que traen cabellos
largos. Los que iban a Tlalocan eran las personas cuya muerte
pertenecían al dominio de Tláloc o que tenían un tipo de enfermedad
epidérmica, los leprosos y bubosos, sarnosos, gotosos e hidrópicos
además de los que morían de rayos, y ahogados en agua. El Tlalócan, era
un “paraíso” en el que había condiciones ideales, un lugar agradable,
fresco y ameno. Tláloc era la representación de la vida luminosa por
medio del agua, que es la fuente de toda la vida en el planeta. El
Tlalocan estaba habitado por los dioses Tlaloque, ayudante del dios de
las lluvias, y del rayo Tláloc.
Sahagún llamó a Tlalocan el paraíso terrenal, donde
siempre había alegría y nunca faltaban los alimentos que se encontraban
en abundancia para todos en un lugar de eterno verano. Dice así :
“...–La otra parte donde decían que se iban las
ánimas de los difuntos es el paraíso terrenal, que se nombra Tlalocan,
en el cual hay muchos regocijos y refrigerios, sin pena alguna; nunca
jamás faltan las mazorcas de maíz verde, y calabazas y ramitas de
bledos, y ají verde y jitomates, y fríjoles verdes en vaina, y flores
(...) Y así decían que en el paraíso terrenal que se llamaba Tlalocan
había siempre jamás verdura y verano”...
Y por último el terrible Mictlán.
Quienes no habían alcanzado la muerte luminosa del
guerrero, ni la muerte tierna del niño, ni la muerte asociada con el
agua, llegaban aquí, lugar en verdad terrible porque significaba la
nada, la muerte estéril producto de una vida estéril, la muerte sin
consecuencia y sin trascendencia; la muerte... ¡para nada!.
El Mictlán era un lugar místico dentro de la
concepción filosófica del mundo mesoamericano, punto de contacto entre
la tierra y el inframundo, puerta de entrada al pavoroso mundo de la
nada. Este lugar estaba gobernado por los señores Mictlantecutli y
Mictlancihuatl.
Se le describía como un lugar muy ancho y oscuro,
sin luz, ni ventanas, y que recibía diferentes nombres entre los que
podemos mencionar Tocenchan y Tocenpapolihuiyan “nuestra casa común”,
Ximoayan “donde están los despojados, los descarnados”, Atlecalocan “sin
salida a la calle”, Huilohuayan “donde todos van”, Quenamican “donde
están los así llamados” (Matos, 1975: 70).
Vicente Ribera Palacios dice:..“Al Mictlán iban los
que morían de enfermedad natural, fueron señores o macehuales, sin
distinción de rango ni de riquezas”... por esto dice Sahagún que en el
Mictlán se acababan y fenecían los difuntos, pereciendo para siempre en
la casa de las tinieblas y oscuridad”.
El muerto en cuestión tenía que pasar por un largo y
caudaloso río llamado Apanohuaya, para lo cual necesitaba de ayuda de
un perrocolor canela (techichi). Posteriormente ya despojado de sus
vestiduras tenía que cruzar entre unas montañas que siempre estaban
chocando una con la otra y que se llamaban Tépetlmonamicitia. Después
tenía que pasar por un cerro erizado de filosos pedernales, para a
continuación atravesar los ocho collados o colinas llamado Cehuecáyan,
en donde siempre estaba cayendo una terrible tormenta de nieve, después
tenía que cruzar 8 páramos o llanuras en donde un gélido viento cortaba
como navaja, y luego tomaba una vereda en donde lo asaetaban, llamado
por eso Termiminalóyan. Después de estos terribles sufrimientos se
encontraba, con Teocoyleualoyan, inmenso tigre que le comía el corazón,
para sin él, caer en el Apanviayo en cuyas aguas negras se encontraba la
lagartija Xochitonal. Es entonces que había concluido su terrible y
dolorosísimo viaje, presentándose ante el Sr. Mictlantecutli quien le
diría...”- Han terminado tus penas, vete pues, a dormir tu sueño
mortal”. Después de 4 años de viaje por el Mictlán, ¡la nada era su
destino final!
Los Cuerpos Anímicos
Siguiendo con la dualidad debo decir que, los
pueblos mesoamericanos participaban de la creencia que el ser humano
estaba compuesto de cuerpo y espiritu, o entidad anímica. Así, con la
muerte, el cuerpo era enterrado y su teyolia iba a uno de los 4 destinos
que ya hemos hablado, aunque Alfredo López Austin, destacado analista
de las cosmovisiones mesoamericanas, ha descubierto que los antiguos
nahuas poseían tres entidades anímicas: el teyolía, el tonalli y el
ihiyotl.
En su libro “Cuerpo humano e ideología”, explica
detalladamente cada una de las entidades anímicas. El dice que esa
composición la podemos encontrar en todo el cuerpo, pero con mayor
concentración en la cabeza, el corazón y el hígado, y llama a estas
entidades “dones divinos que hacen posible la existencia del hombre;
pero ninguna de ellas es exclusiva del ser humano” y sigue: “Las tres
deben operar armónicamente para dar por resultado un individuo sano,
equilibrado mentalmente y de recta moral.”
Las perturbaciones de una de ellas, en cambio,
afectan a las otras dos.” En un artículo publicado en Arqueología
mexicana, López Austin explica brevemente donde se encuentran las tres
entidades anímicas, qué función tienen y cual es su destino tras la
muerte.
Teyolía, se halla
en el corazón, donde se encuentra “su esencia humana, su vida, lo más
importante de sus facultades mentales y su pertenencia a un grupo de
parentesco”. Quizá esa es la razón por la cual comían el corazón
arrancado en los sacrificios, y de esta forma apropiarse de la “esencia”
y fuerza del sacrificado.
Tras la muerte el teyolía iba a uno de los cuatro destinos de los muertos.
Tonalli, en la
cabeza, estaba relacionado “a la individualidad y al destino personal,
reposaba sobre la tierra tras la muerte, y generalmente era guardado por
los familiares del difunto en una caja que contenía sus cenizas y dos
mechones de cabellos.”
Finalmente, Ihíyotl
era el “motor de las pasiones, se dispersaba en la superficie terrestre
y podía convertirse en seres fantasmales o en enfermedades.” Su
ubicacion era el hígado.
LOS SACRIFICIOS
Hay
un tema complicado y conflictivo a la hora de estudiar las culturas
mesomericánas con relación a la muerte. Los Sacrificios. Este estudio
versa sobre la concepción de la muerte en estas culturas y lo que le
rodea, y no veo necesario abarcar estos detalles que seguramente
desviarían el hilo de esta investigación. Sin embargo el sacrificio si
es un tema común con otras culturas, desgraciadamente, aunque quizá en
ninguna haya tanta documentación escrita como en esta, posiblemente
porque quizá sea la única cultura que tuvo evangelizadores que relataran
su tradición día a día. Pretendo mas adelante hacer una investigación
sobre el sacrificio humano en el paganismo incluyendo las culturas
mesoamericanas, quizá eso me ayude a encontrar las causas que dieron
lugar a ello.
LOS RITOS FUNERARIOS
Ya hemos visto antes que el culto a la muerte es
parte esencial de la herencia cultural en los pueblos nahuales. Hay
noticias de esta tradición que datan sobre finales del siglo 2 antes de
Cristo. Los hallazgos arqueológicos muestran que sepultaban a sus
muertos con ofrendas específicas. Al parecer más adelante como unos
1.500 años antes de la era cristiana se han encontrado enterramientos de
cadáveres acompañados de bellas ofrendas en cerámica, y que s según
Ruiz L.Huillier estaban repletas de alimentos y bebidas, como pudo
comprobarse en numerosos casos en los que se hallaron restos de
animales. (Ruiz Lhuillier 1968:180), y tambien utensilios de uso
personal.
En el siglo XVI con la llegada de los españoles a
América, se produjo un encuentro de culturas entre la española y la
indígena, nada pacifica hay que reconocerlo, en el cual los vencedores
trataron de imponer su idioma, sus costumbres y religión, la católica, y
en cambio los vencidos lucharon por preservar sus propios valores
culturales. Pero el pueblo indígena tenía su fe muy arraigada de muchos
siglos atrás y la única forma posible de que la nueva religión fuera
aceptada, era sacralizando el simbolismo pagano mediante la fe católica,
creándose así una fusión entre ambas creencias que ha permanecido hasta
nuestros días. El catolicismo actual en México goza de unas cualidades
propias de un pueblo que lucho denodadamente por su fe. Este fenómeno
sacralizador del paganismo tambien es común a otras creencias. Sin ir
mas lejos, hoy en día en día se mantienen ritos y celebraciones
cristianas que son del mas puro origen celta.
El culto a los muertos en los pueblos prehispánicos se manifestaba mediante la celebración de la Vida en el más allá.
El cielo de los dioses Ometecuhtli y Omecíhuatl, era la región presidida siempre por Mictlantechuhtli y Mictecacíhuatl, dioses gobernantes del Mictlán, lugar de los muertos. Y así como en el plano material celebramos un acontecimiento familiar o social, con música, manjares y colorido, en estas traiciones, los vivos remembraban a sus difuntos de igual forma con fiestas y alimentos. Así consiguieron que la muerte fuera tan solo un salto dimensional a otra región, de vida y características placenteras.
El cielo de los dioses Ometecuhtli y Omecíhuatl, era la región presidida siempre por Mictlantechuhtli y Mictecacíhuatl, dioses gobernantes del Mictlán, lugar de los muertos. Y así como en el plano material celebramos un acontecimiento familiar o social, con música, manjares y colorido, en estas traiciones, los vivos remembraban a sus difuntos de igual forma con fiestas y alimentos. Así consiguieron que la muerte fuera tan solo un salto dimensional a otra región, de vida y características placenteras.
La muerte es muy demócrata, no marca diferencias
sociales para llevar al muerto a unos de sus cuatro regiones, pero la
clase social si estaba sumamente diferenciada en cuanto a los rituales
funerarios. La historia describe en términos espectaculares las exequias
del emperador Auitzotl, el más grande conquistador Azteca de todos los
tiempos. A su muerte se eligieron más de doscientos esclavos para que le
acompañaran en su viaje al más allá. El cuerpo de Auizotl, ricamente
adornado, fue llevado en una litera funeraria y los esclavos
sacrificados después, uno a uno, en una ceremonia cruenta.
No he conseguido enterarme de mucho más, por falta
de material cualificado y de tiempo para obtenerlo, pero al parecer
según las diferentes culturas unos eran incinerados y sus cenizas
conservadas en cofres que guardaban con un mechón de pelos, bajo el piso
de la casa, a fin de mantener el vinculo familia, aunque esto no es lo
mas habitual; otros eran enterrados, y los mas poderosos los ponían
sentados con sus pertenencias en grutas, o en fosas Templos. Ya hemos
dicho que había un gran número de culturas y por consiguiente las
costumbres variaban según la zona. Solo hablaremos de aquello que era
común a todas.
Fray Bernardino Sahagún, que aprendió las lenguas
nahuales para recibir información de los nativos sobre sus costumbres y
relatarlas objetivamente en el libro Historias de las Cosas de Nueva
España - apasionante documento para los que deseen profundizar mas en el
tema - nos cuenta de los ritos funerarios: "...–Y más dicen que al
tiempo que se morían los señores y nobles les metían en la boca una
piedra verde 8 que se dice chalchíhuitl; y en la boca de la gente baja,
metían una piedra que no era tan preciosa, y de poco valor, que se dice
texoxoctli o piedra de navaja, porque dicen que la ponían por corazón
del difunto"...."–Y así también mataban veinte esclavos y otras veinte
esclavas, porque decían que como en este mundo habían servido a su amo
así mismo han de servir en el infierno”..
Descubrimientos arqueológicos han demostrado que la
piedra verde no era otra que la esmeralda, y algunos casos jade y en
cuanto a la negra varia bastante según la categoría del muerto. Estas
piedras estan consideradas como monedas de pago en al otro mundo. Por la
misma razón metían granos de maíz y hierbas para que se alimentaran en
el viaje al mas allá. Los familiares de los mas ricos además les hacían
acompañar por 20 esclavos varones y 20 hembras diciendo que si en la
vida le habían servido bien, que hicieran lo mismo en el Mictlan.
COMPLETANDO EL CIRCULO
Mi
intención era investigar las culturas mesoamericanas a fin de encontrar
puntos comunes con otras cosmogonías repartidas en el mundo de carácter
animista. Me he centrado en la muerte en este caso por ser su culto y
la búsqueda del mas allá algo prioritario y una obsesión común a la raza
humana. Pero la verdad es que esta tradición tiene tal cantidad de
simbolismos en si misma, que mi intento requeriría la redacción de un
libro y aun me quedaría corta; sin embargo, de pequeños retazos aquí
relatados y de lo otros pequeños sobre los celtas en Revista Investigación, de los druidas que figuran en la Revista Huellas
y del escaso conocimiento budistas y católico o cristiano que dispongo,
además de todo lo que he recopilado y leído, buscado y reflexionado, he
llegado a la conclusión que lo mas probable es que no hayan religiones
ni creencias múltiples, sino una sola. Creo que hay un hilo misterioso y
conductor del espiritu humano. Creo que de un origen único y común,
procedente ya sea de una “casa del padre”, o bien de esa mente cósmica
original, o del Universo como energía creadora, salieron “esas parejas
de hijos que se diseminaron por el planeta” y que según las zonas, las
necesidades territoriales y ambientales, así como las aptitudes del
grupo, establecieron sistemas de contacto adecuados a ellos a fin de
mantenerse comunicados con la casa paterna, u origen cómico. Y de ahí
surgió el entramado espiritual que conectaba a las gentes del mundo.
Centrándonos en las tradiciones nahuales con relación a otras civilizaciones lejanas geograficamente hablando :
En el tratamiento de la Muerte,con
respecto a los cuatro mundos a los que puede ir el espiritu, nos
encontramos que: Por un lado el Mictlan contiene un viaje atravesando un
río y pasando por muchas peripecias en donde debe enfrentarse a unas
condiciones terribles con los elementos. Los Egipcios, a miles de millas
marinas de distancia, tambien mediante la navegación por el río Nilo,
realizan el viaje a la inmortalidad. Asimismo, preparan con todo lujo de
detalles el viaje y se pertrechan de alimentos y víveres, servicio de
esclavos para que los cuiden, y animales que les protegen y ayudan. Los
celtas tenían la misma costumbre aunque no he sabido que cruzaran ningún
río.
Las cenizas Hindúes navegan por el Ganges aunque de
forma mucho mas simple, en un trayecto purificador del alma destino a
la reencarnación . Por otro lado el tratamiento de la muerte entre los
budistas tibetanos, es mucho mas escatológico. Su cuerpo, previamente
descuartizados y desmenuzados en pequeños pedazos, pasa a ser el
alimento de los buitres, como símbolo del la impermanancia y fluir
energético. Mediante esta renuncia en beneficio de otros seres mas
necesitados, se esta manifestando una forma de sacrificio. Pero tambien
hay incineraciones y las cenizas retornan a la tierra de donde salieron,
y en escasos casos, entierran. Lo interesante en este caso es que ya,
en dias previos a la muerte según esta filosofía, se produce la
disolución de los elementos, cuya descripción esta sumamente relacionado
con el relato de las peripecias del Mictlan.
Cuentan los maestros, que las horas previas al
desenlace, todos pasamos por estados de frío desolador casi hielo que
nos congela el cuerpo, ansiedades y desasosiego como si en nuestro
interior se desataran una serie de huracanes y tormentas para después
sufrir estados de calor y sequedad de la boca, en fin todo un periplo de
visicitúdes con los elementos terrenales y nuestros cuerpos sutiles
antes de atravesar la puerta que conduce al mas allá para comenzar el
viaje del bardo.
Los sacrificios humanos:
en todas las creencias panteistas, conservar una parte de las victimas
de sacrifico era considerado como un honor y una protección para sus
vidas. Para los celtas la fuerza del ser humano reside en el Teyolia”
azteca, por eso ellos cortaban las cabezas de sus victimas de guerra o
sacrificio para absorber su fuerza, y la ponían en sus patios o
santuarios para que les protegieran. A este grupo se suman los Omepete, y
también los tahinos del Caribe.
En los sacrificios nahuales, por el contrario lo
que contenía ese fluido era el corazón, que arrancaban en vivo, pero
tambien cortaban la cabeza que donaban al vencedor o al dueño del
cautivo como recompensa. Coincidencia. Recordemos que un hueso de la
pierna o rodilla de su trofeo humano, tambien figuraba en los patios de
sus casas como protectores contra desastres.
Los Indios Siux, hacían lo mismo solo que con la
cabellera, y podriamos añadir la curiosidad de que los cristianos y
católicos sobre todo, dan un gran valor a conservar “la reliquia de un
santo”, y ¿que es eso sino un trozo de resto mortal?.Quizá es ese el
origen simbólico de los Trofeos, conservar la poderosa vibración del
triunfo del momento para reforzar permanentemente nuestro éxito. En
magia simpática eso recibe el nombre de amuleto natural.
La Autoinmolación.
He querido dejar para el final de lo sacrificios
humanos, una idea que me ha acicateado la cabeza desde que comencé a
estudiar el tema. No tengo mas remedio que apoyarme en los textos
evangelicos para ello, por falta de otras referencias. Me parace
increiblemente similar en un nivel simbolico, evidentemente, la última
cena y la pasión de Cristo. Segun dicen los evangelios "tomo pan en sus
manos y partiendolo dijo a sus discipulos "comed y bebed este es mi
cuerpo", y lo mismo hizo con su sangre. ¿No es eso una remebranza de los
sacrificios de los dioses de la antiguedad y en especial los que
acabamos de ver?. ¿No es Quetzacoalt "el pacificador" una pareja
cosmica" de la Imagen de Cristo?. No es una aberración ni un desvario,
lo que estoy planteando ya que hubo un sacrificio cruento, cruentisimo
en la fe cristiana. Un inocente debe morir para salvar a la Humanidad y
conducirla a un nivel superior de conciencia, o ¿no?. Quiza ahi este la
respuesta, ¿ Es preciso que alguien se ofrezca en sacrificio para que
evolucione la raza humana y por eso los grandes lideres de la humanidad
han muerto inocentes en manos de verdugos a fin de implantar una fe mas
evolucionada?. Los dioses aztecas en su cosmogonia también lo hiceron
autoinmolandose para que el sol ascendiera e "iluminara a los hombres".
Curiosamente volvemos a encontrarnos con las mismas tradiciones, solo
que con siglos de anticipación y miles de kilometros de distancias.
Curioso ¿no?.
En el tema de los tres tipos de cuerpos animicos,
Teyolia en la cabeza, Tonalli en el corazón e Ihiyotl en el hígado,
todas las creencias y con muy pocas distancia coinciden en eso. Según el
budismo el humano esta compuesto de 3 cuerpos, mente (la cabeza:
teyolía), palabra (corazón: tonalli),y plexo solar que se corresponden
con el ihiyotl o mundo de los deseos. Si una de estas entidades animicas
no funcionara debidamente se produciria un desarreglo energético
causando enfermedades hasta llegar a la muerte. Y aquí viene la
maravilla: esta es exactamente la base científica de la medicina
holistica, solo que con siglos de anticipación.
El color azul como color sagrado
figura en egipcios, aztecas y celtas. Se sabe que estos, teñían sus
cuerpos de azul para ir a la guerra, y así desnudos peleaban para que en
caso de muerte los dioses supieran diferenciar a sus valientes
guerreros y fueran aceptados en el cielo. Tambien los guerreros que
morían en batalla o que eran sacrificados como cautivos, recibían
premios especiales y tratamiento de semidioses en la tribu de forma
similar a los mesoamericanos. En algún sitio leí que los aztecas teñían a
sus victimas de sacrificio de color azul (no he encontrado la
referencia después) y para, los tibetanos el azul es el color de espacio
mental, que seria su cielo.
Los hebreos llamaban Ruash al aliento divino y
creían en 3 cuerpos anímicos físico emocional y mental. La Trinidad
católica del Hombre es igual a la divina: Padre, Hijo e Espíritu Santo y
eso es el templo humano según las escrituras evangélicas.
El numero sagrado 4
es común a Hebreos y mesoamericanos. El tres es numero divino de celtas
(véase triskel), cristianos (Trinidad), y budistas (las 3 joyas).
La cosmogonía azteca tiene 4 orientaciones y 4
esquinas con 4 colores y 4 símbolos y un árbol central, que en mi
opinión sería el 5 elemento. La medicina tradicional china tiene 5
elementos 5 colores 5 orientaciones y curiosamente a excepción del
amarillo que es el central, los 4 restantes coinciden en color, elemento
y orientación con la mesoamericana. Los celtas animistas se unen a la
América precolombina en cuanto a elementos colores y orientación.
De la creencia de la vida en el mas allá,
también los celtas participan de con disfrute y goce y una vez al año
los cielos panteistas abren sus puertas para que los familiares vivos y
muertos compartan, recuerden y agasajen a los antepasados en la fiesta
de difuntos llamada Samheim y que la modernidad anglosajona y las
películas de Hollywood han convertido en Halloween.
Ahora veremos, como la Fiesta de los muertos
Mexicana es el reflejo de la necesidad del culto ritual a la muerte de
sus antepasados, y cuyo inicio de celebración el 31 de Octubre es común,
se podría decir, a todo el mundo cuya historia ha pasado por el tamiz
del cristianismo.
Este trabajo tiene un complemento cosmógonico en la seccion de Mitos creencias y religiones , cuyo enlace añadimos abajo.
LA FIESTA DE LOS MUERTOS EN MEXICO ACTUAL Y SU SIMBOLISMO
DIA DE TODOS LOS SANTOS EN COLOMBIA
Amelia Lamaignere
Material Bibliografíco en el que se ha basado este trabajo :
Sahagún, Fray Bernardino. 1997.Historia general de las cosas de Nuevas España Ed. Porrúa. México.
Leon-Portilla, Miguel. 1997 La filosofía náhuatl estudiada
en sus fuentes. México, UNAM, IIH, (Serie de Cultura Náhuatl,
Monografías, 10).López Austin, Alfredo. 1988. “El cosmo según los mexicas” en Atlas histórico de Mesoamérica. Coordinadores Linda Manzanilla y Leonardo López Luján. Larrousse. México. –––– 1996. Cuerpo humano e ideología. Las concepciones de los antiguos nahuas. omo I. UNAM. México.
Matos Moctezuma Eduardo Muerte a filo de obsidiana 40. Editorial Raíces, S. A. De C. V. México. . 1975. ,México, SEP, (SEP/SEPTENAS, 190).
Torre, Yolotl González. 1999.Diccionario de mitología y religión de Mesoamerica. Larousse. Primera Edición. México
Libro electronico "El Destino de los Muertos entre los Náhuas del México" Antiguo . Material etnográfico recopilado por Rafael Martínez
http://www.fabiozerpa.com/CEIA/Informacion_ceia.htm
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