Cuando niños, ustedes probablemente
sostuvieron con un amigo, una cuerda
tensada y la hicieron cimbrar. Una
pequeña onda se deslizó por la
cuerda, golpeó la mano del amigo
y retornó a ustedes. Lo que se movió
a lo largo de la cuerda era energía.
La cuerda se movió hacia arriba y
hacia abajo pero no a lo largo de
la misma. Si ambos cimbraran la
cuerda al mismo tiempo, dos cosas
podrían pasar:podrían lograr una onda
del doble del tamaño, en el medio,si
fue que ambos pulsaron la cuerda
de la misma manera; o las dos ondas
se cancelarían,si fue que uno pulsó
hacia arriba y el otro hacia abajo.
Las dos ondas interfieren la una con la otra, de una manera constructiva en el primer
caso y de una manera destructiva en el segundo.
Ahora imagínense una cuerda más corta, tensada, como la de una guitarra. Púlsenla y
producirá un sonido característico. Lo que ustedes hicieron al pulsarla fue introducirle
energía bruta. Esta energía, de manera natural, adopta ciertos patrones. El patrón
más fuerte es una onda de longitud igual a la de la cuerda, digamos de un metro.
Otras ondas también se formarán con una longitud de onda equivalente a la mitad,
a la tercera parte, a la cuarta parte, etc., de la longitud total de la cuerda. Esto
produce ondas de, digamos, cincuenta, treinta y tres y veinticinco centímetros
de longitud. Estas ondas son las llamadas ondas estacionarias y conforman
una familia basándose en la longitud de onda natural. La combinación particular
de ondas estacionarias es lo que le confiere a un instrumento su timbre individual
o su firma tonal. Lo importante acerca de estas cuerdas vibratorias es que dos
cuerdas idénticas, bajo condiciones idénticas, siempre generarán la misma
onda, naturales y armónicas. Y si se ponen dos cuerdas idénticas, una junto a la
otra, y pulsamos una, ésta generará un campo de energía de sonido que la otra
captará. Debido a que la segunda cuerda está afinada exactamente, en las mismas
longitudes de onda que la primera, la segunda va a resonar en simpatía, muy pronto.
Esta resonancia es supremamente importante al tratar con cuerpos de energía
humanos; y tenemos mucho más que decir acerca de ello en lo que falta de este
libro.Ahora volvámonos malabaristas. Supongamos que eres el chef de postres
de una nave espacial y que puedes fabricar gelatina firme en tu cocina a
gravedad cero. Simplemente se mantiene junta sin necesidad de contenedor
alguno. Supongamos que haces dos tipos de gelatinas: roja y amarilla. Justo
antes de que se cuajen, te las ingenias para juntarlas, de manera tal que se
mezclen parcialmente, formando gelatina de color naranja justo allí en
donde se mezclan. Ahora, si le das un golpecito a la roja y la haces vibrar,
la vibración pasará derecho hasta la gelatina amarilla. Si golpeas regularmente
la gelatina roja, ella formará una onda estacionaria y la amarilla, por
estar hecha de exactamente la misma cosa, va a resonar a la misma frecuencia.
E imagínate lo que va a suceder si eres lo suficientemente astuto como para
crear la amarilla adentro de la roja. Piensa cómo la gelatina amarilla reaccionaría.
Acabas de descubrir una cualidad innata de los campos y el fenómeno de la
resonancia de ondas estacionarias entre dos campos: si un campo está afinado
con la energía de una frecuencia en particular, absorberá la energía de una onda
estacionaria de otro campo y creará una onda estacionaria propia. De una manera
muy desapasionada y automática, cualquier campo comenzará a resonar con la
energía de un campo similar que esté en su vecindario. Esto puede producir
una resonancia simpatizante que podría llegar a implicar un detrimento si es
que el primer campo llega a moverse de tal forma que va inclusive en contra
de sus mejores intereses. Muy bien hecho. Ahora lo único que necesitas hacer
es encontrar la manera de ¡comer gelatina en un ambiente a gravedad cero!
Tal y como lo veremos, la resonancia los afecta a ustedes de incontables maneras,
sin importar si ustedes lo saben o no. Pero de ahora en adelante, ustedes serán
capaces de usarla de una manera consciente como una herramienta para la ascensión.
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