Ajenjo.
Ajenjo, madre de todas las hierbas…Artemisia absinthium es el nombre
científico de la planta comúnmente llamada ajenjo, asensio, ajorizo,
artemisia amarga o hierba santa. Es una planta herbácea medicinal, del
género Artemisia, nativa de las regiones templadas de Europa, Asia y
norte de África. Conocida desde muy antiguo ya por los egipcios,
transmitida después a los griegos, esta hierba ha sido denominada la
"Madre de todas las hierbas" en la obra "Tesoro de los pobres"; dadas
sus múltiples aplicaciones curativas. Se utiliza como tónico, febrífugo y
antihelmíntico, así como en la elaboración de la absenta y del vermut.
El ajenjo es una planta vivaz de las más antiguas que se conocen.
Hipócrates y Dioscórides la nombraban para su uso terapéutico. Según la
leyenda, la diosa Artemisa (que representaba la fecundidad) le dio su
nombre en reconocimiento a sus propiedades curativas.
Es una
planta muy aromática, de porte tupido, hojas alternas pinnadas y tallo
de unos 50 cm. de altura rematados en panículas de cabezuelas amarillas.
Los frutos son aquenios. Crece espontáneamente en terrenos de secano,
al borde de los caminos, laderas áridas, como mala hierba entre grupos
herbáceos, e incluso hasta altitudes de 2000 m.
Cuando se abren
las flores es el momento de recolectarlas, dejando secar a la sombra
para posteriormente almacenar en bolsitas protegidas del polvo y
humedad.
APLICACIONES Y PROPIEDADES
Tradicionalmente desde
la antigüedad esta planta ha sido utilizada en variadas aplicaciones;
las más populares son las aperitivas, tónicas y digestivas, de hecho es
el principal ingrediente del Vermut (vino blanco aperitivo), nombre que
precisamente significa ajenjo en alemán.
Las sustancias activas
de esta planta son muy amargas, la principal es un aceite esencial
(óleum absinthii) que contiene tuyona, absentina, taninos, ácidos
orgánicos y un jugo amargo. Es conocido que un sabor amargo genera una
reacción aperitiva en el organismo; el ajenjo posee ese amargor que
produce la estimulación de las glándulas, favoreciendo el apetito y la
digestión. Conviene pues a los inapetentes y a los dispépticos (que
padecen de digestiones pesadas). No así a los ulcerosos y a los de
temperamento sanguíneo, pues el aumento de secreción de jugos gástricos
les resulta perjudicial. Como bien indica Font Quer, «el ajenjo no debe
tomarse sin necesidad».
Por el hecho de aumentar la secreción
biliar, ejerce sobre el hígado una acción favorable, descongestiva y de
estímulo de sus funciones. Resulta apropiado en los casos de
insuficiencia hepática, y en la fase de convalecencia de las hepatitis
víricas.
Se le atribuyen también propiedades vermífugas, debido
a su sabor amargo, los adultos lo llegan a tomar, aunque resignados;
pero los niños lo rechazan abiertamente. Para ellos es mejor utilizar
otros vermífugos (tipos de plantas o fármacos antihelmínticos utilizados
en el tratamiento de las helmintiasis, es decir las infestaciones por
vermes, helmintos o lombrices).
Es un emenagogo potente que
actúa sobre el útero (matriz) provocando la menstruación; pero además,
normaliza los ciclos. Se recomienda, pues, para las jóvenes pálidas y
debilitadas, que usualmente padecen de reglas irregulares y dolorosas. Avicena, el renombrado médico persa del siglo XI, lo prescribía «para calmar a las mujeres agrias y biliosas».
En medicina, la hierba se usa para hacer un té para ayudar a la mujer
embarazada durante el trabajo de parto. Además se hace un vino por
maceración. Como polvo se hace una tintura. El aceite de la planta puede
usarse como estimulante cardíaco para mejorar la circulación sanguínea.
El aceite puro de Artemisia es muy venenoso, pero a una dosificación
justa, y no excesiva, no ofrece riesgos.
Un licor de ajenjo
tonifica el sistema nervioso central, pero debe utilizarse sólo
ocasionalmente, su uso prolongado genera una dependencia que se
manifiesta mediante pérdida del conocimiento, calambres e incluso
degeneración nerviosa, pudiendo llegar a ser irreversible. Para
contusiones, torceduras e inflamaciones, se aplica vía externa, empando
la infusión en un paño.
INFUSIÓN DE AJENJO APERITIVA O DIGESTIVA
Hervir tres cucharadas soperas de sumidades florales bien desmenuzadas
en un litro de agua durante quince minutos. Tomar dos o tres tazas al
día, antes de las comidas si se desean efectos aperitivos, o después
para facilitar la digestión.
VINO DE AJENJO APERITIVO Y DIGESTIVO
Dejar macerar un puñado de sumidades florales en un litro de vino
blanco durante una semana. Tomar una copita antes o después de las
comidas, según se desee como aperitivo o digestivo.
DECOCCIÓN DE AJENJO PARA USO EXTERNO
La decocción de los tallos de ajenjo es útil en gargarismos y compresas para contusiones, luxaciones y artritis.
POLVO DE AJENJO PARA USO INTERNO
Para los usos internos antes descritos, se puede consumir directamente
el polvo de ajenjo a razón de un gramo tres veces al día.
DOSIS
Infusión: se usa la planta entera. 1 gramo por taza. Se toma después de
las comidas para favorecer la digestión. Es conveniente dejarlo reposar
de 10 a 15 minutos y no añadirle azúcar.
Extracto seco: 200 mg por dosis, dos o tres veces al día.
Extracto líquido: 0,5 - 3 gramos diarios.
Polvo: 1 gramo después de cada comida.
Tintura madre: 20 gotas, tres veces al día.
Aceite esencia: 1 a 5 gotas disueltas en una tisana o sobre un terrón de azúcar.
RIESGOS
Su aceite esencial es narcótico, afecta el sistema nervioso. A dosis
elevadas puede producir vértigos, dolor de cabeza y convulsiones. El
licor de ajenjo (absenta) crea dependencia y produce pesadillas y otros
síntomas desagradables y los adictos, como temblores, náuseas, vómitos,
impotencia en los hombres y menopausia prematura en los varones.
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